Provincia

Consternación y mucha incertidumbre en Lepe

  • La familia de Juan Antonio Cordero Coro no pierde la esperanza y vive con tristeza, pero con mucha entereza, estos difíciles momentos en espera de noticias oficiales

Domicilio de Juan Antonio Cordero, ayer miércoles

Domicilio de Juan Antonio Cordero, ayer miércoles / Jordi Landero (Lepe)

Miradas perdidas, cabezas gachas, rostros tristes, gestos de dolor y mucho trasiego de móviles. Así transcurrió la eterna jornada de ayer en el número 3 de la calle Maestra Concha Álvarez Fernández de Lepe, por donde fueron pasando numerosos familiares, amigos y vecinos de Juan Antonio Cordero Coro, el técnico de pesca de dicha localidad costera onubense que viajaba a bordo del buque congelador gallego Villa de Pitanxo cuando el destino quiso que naufragase en la madrugada del martes en las gélidas aguas de las costas de Terranova (Canada). Desde entonces nada se sabe de él, siendo una de las 12 personas hasta el momento oficialmente desaparecidas como consecuencia del fatídico accidente.

Frente a ello, mucha entereza. Sobre todo por parte de los familiares. Infinitas muestras de ánimo y apoyo por parte de quienes los fueron visitando a lo largo de todo el día. Y esperanza, que como todos coincidían en afirmar "es lo último que se pierde".

El runrún de que uno de los tripulantes desaparecidos del Villa de Pitanxo era vecino de Lepe comenzó a circular el municipio pasado el mediodía del martes. Ya bien entrada la noche lo pudo confirmar públicamente este periódico. La noticia recorrió la localidad como un latigazo seco y la consternación se adueñó del sentir general de todo un pueblo.

Y es que Juan Antonio Cordero Coro, de 55 años de edad, casado y con dos hijos, es una persona muy conocida y querida por sus vecinos, que viven desde el martes con el corazón encogido en espera de noticias oficiales. En el momento del naufragio ejercía como segundo patrón del Villa de Pitanxo y está punto de jubilarse, siendo precisamente éste en aguas canadienses su último turno en activo, según aseguró ayer a esta redacción José Manuel Villegas, un excompañero de trabajo del desaparecido.

Con mucha prudencia, un sobrino del técnico de pesca lepero, José Enrique Romero Villegas, pidió a primera hora de ayer miércoles que "sobre todo no se especule" sobre los acontecimientos. Ejerciendo como portavoz de la familia, apeló públicamente en una breve declaración remitida a los medios a esperar a que se produzca una comunicación oficial. Por parte de la empresa, añadió, les han trasladado que por el momento "no hay nada oficial" y que la información "llega a cuentagotas". Razones más que suficientes en momentos de tanta incertidumbre y sin confirmación en ningún sentido, por las que "no nos queremos adelantar".

En el mismo sentido se pronunció durante la mañana de ayer el alcalde de la localidad, Juan Manuel González, quien también en una escueta y concisa declaración remitida a los periodistas indicó que "todavía tenemos esperanza porque es una persona muy querida en la ciudad". El regidor lepero agregó que "como no se ha confirmado todavía nada definitivamente, tenemos ese hilo de esperanza que nunca puede faltar".

Las horas pasaban y no faltaban vecinos y amigos que, en aumento a medida que pasaba el tiempo, pasaban por el domicilio de Juan Antonio Cordero a mostrar apoyo a su mujer y resto de familiares, a interesarse por posibles novedades, y sobre todo a ofrecer ayuda en cualquier necesidad que pudiese tener la familia.

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