El juzgado de Menores de Huelva ha condenado a un menor de 16 años, vecino de Cartaya, al pago de una indemnización en concepto de responsabilidad civil de 494 euros a otro menor de dicha localidad costera y compañero de instituto, al que agredió el año pasado en las inmediaciones de dicho centro, así como al cumplimiento de una medida de 30 horas de prestaciones en beneficio de la comunidad, como consecuencia de un delito leve de lesiones.

Así se refleja en la sentencia dictada el pasado día 13 de enero y a la que ha tenido acceso Huelva Información, la cual según fuentes cercanas al caso se trata de un fallo "bastante ejemplar" por ser "algo infrecuente" ya que "el agresor acaba de cumplir 16 años, que es la edad mínima laboral, y el juez ha aprovechado eso esa circunstancia para aplicarle la pena de prestaciones en beneficio de la comunidad".

La sentencia considera probado que el día 10 de marzo de 2020, sobre las 15:00 horas y en las proximidades del instituto de Cartaya donde agredido y agresor estudiaban Educación Secundaria Obligatoria -ESO-, el agresor "actuando con el propósito de causar perjuicio a costa de su integridad física" a la víctima, "le propinó golpes con las manos, haciéndolo impactar contra una pared". 

Como consecuencia de los anteriores hechos, el agredido sufrió "contusión maxilar izquierda con hiperemia facial y excoriación en región cervical izquierda del cuello", requiriendo una primera atención sanitaria facultativa, así como padeciendo durante los 13 días siguientes "perjuicio personal básico".

En la vista, celebrada el pasado día 12 de enero, el agresor se declaró culpable, por lo que entre las partes se acordó la pena finalmente impuesta, ya que en el expediente de la Fiscalía de Menores se solicitaban 45 horas de prestaciones en beneficio de la comunidad, así como el pago de 520 euros en concepto de responsabilidad civil.

Por su parte la madre del menor agredido, consultada por este rotativo, ha indicado que no es esta la primera vez que su hijo es víctima de agresiones en el entorno del instituto, ya que las viene padeciendo desde primero de la ESO, y actualmente se encuentra cursando tercero.

En este marco asegura que durante todo este tiempo su hijo ha sido objeto de "palizas" que "han tenido que ser abortadas por otras personas" y "amenazas" hasta el punto de que, "en una ocasión le dijeron que "lo iban a meter en un contenedor de basuras para quemarlo dentro". Como consecuencia de ello, concluye la madre, "mi hijo ha llegado muchas veces del instituto a casa en estado de ansiedad y con mucho miedo porque, hasta lo han perseguido".