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El Cerro de Andévalo se reencuentra con su pasado en la Ermita de San Benito

Los lanzaores trenzan su danza durante la procesión de San Benito, sin dar nunca la espalda al Santo

Los lanzaores trenzan su danza durante la procesión de San Benito, sin dar nunca la espalda al Santo / Jordi Landero (El Cerro de Andévalo)

Como cada mes de mayo, El Cerro de Andévalo se ha vuelto a reencontrar este fin de semana con su pasado gracias a la celebración de su tradicional romería de San Benito Abad, la más antigua de la provincia de Huelva, catalogada de Interés Turístico Nacional de Andalucía y, sin duda, uno de los festejos romeros que mejores estampas ofrece desde el punto de vista etnográfico de la provincia de Huelva.

Para ello, los cerreños, y cientos de visitantes, se han trasladado este fin de semana a la Ermita de San Benito, un lugar único, en medio de frondosas dehesas de encinas, cañadas y pequeños montes ondulantes -este año bastante reseco todo por la pertinaz sequía-, donde estos días se funden las tradicionales danzas, los trajes más singulares, la mejor gastronomía popular, los más melódicos toques de gaita y tamboril, el pasado, el presente, el futuro y, sobre todo, la honda devoción que todo el pueblo siente por su venerado Patrón.

Se trata de una romería que se celebra a caballo entre el propio casco urbano del municipio cerreño y la Ermita de San Benito, que cada año ofrece un auténtico viaje a través del túnel del tiempo que traslada de forma mágica a propios y extraños hasta la Edad Media, dados sus orígenes y la perfecta conservación de las tradiciones que la caracterizan y que la hacen única no solo en Huelva, sino en toda Andalucía y el resto de España.

No obstante, y aunque este domingo ha sido uno de los días grandes de la fiesta, los actos que marcan cada año su llegada se iniciaron varios días antes y, por ejemplo, el jueves anterior se celebró el vistoso Día del Lucimiento, el primero en que jamugueras y lanzaores visten sus trajes completos, que son mostrados a toda la población, y muy especialmente a los enfermos, familiares y personas que les han prestado joyas y ropas. La tradicional vestimenta se somete así al examen de los vecinos para corregir las posibles "faltas" antes de la Romería.

San Benito le da una vuelta a su Santuario, con el Andévalo siempre como telón de fondo San Benito le da una vuelta a su Santuario, con el Andévalo siempre como telón de fondo

San Benito le da una vuelta a su Santuario, con el Andévalo siempre como telón de fondo / Jordi Landero (El Cerro de Andévalo)

Tras el traslado del Estandarte desde la Casa Hermandad a la Iglesia Santa María de Gracia, dio comienzo una Misa Solemne, oficiada por el párroco y director espiritual de la Hermandad, Andrés Carmona Calero, a la que prosiguió el primer día de Triduo y el pregón anunciador de la Romería, a cargo este año de Domingo Márquez Fernández. El acto contó con la actuación del Coro de la Hermandad de San Benito Abad. El día siguiente, viernes, se ofició una Santa Misa, seguida del segundo día de Triduo y de la veneración de la reliquia del Santo Patrón San Benito Abad.

Ya en la jornada del sábado la mayordomía -ostentada este año por Alonso Díaz García y su mujer Leonor Bravo Borrero- las jamugueras y los lanzaores, emprendieron el camino hacia el Santuario de San Benito acompañados por los cerreños, a caballo o en carruaje, en un recorrido de más de cuatro horas cruzando dehesas de encinas y jaras, y campos de labranza y cereal, en medio de paisajes de cuento.

Los lanzaores, en una de sus pasadas por debajo del paso del Patrón Los lanzaores, en una de sus pasadas por debajo del paso del Patrón

Los lanzaores, en una de sus pasadas por debajo del paso del Patrón / Jordi Landero (El Cerro de Andévalo)

Los romeros partieron hacia el santuario desde la Plaza de España, una vez entregado el Estandarte de la Hermandad al Prioste. Posteriormente tuvo lugar la tradicional recogida de los mayordomos.

La comitiva pasó, ya bien entrada la tarde, por los Montes de San Benito, antes de llegar definitivamente a la ermita coincidiendo con los últimos rayos del sol, donde se celebró el tercer día de Triduo, acompañado por el rezo del Santo Rosario en el Santuario y seguido del canto del Santo Dios por el Prioste de la Hermandad.

Ya en la jornada de este domingo, sin duda la más vistosa e intensa de la fiesta, los actos comenzaron desde bien temprano, con el recibimiento a primera hora de la mañana de la mayordomía a todos los romeros que llegan al Santuario, ofreciéndoles el tradicional dulce de membrillo, cidra y vino de pasas.

Posteriormente llegaron las confesiones, seguidas de una santa misa, la degustación del caldo de San Benito y, finalmente, uno de los momentos más esperados de la fiesta: la solemne procesión de San Benito por los alrededores del santuario en compañía de los danzaores -que nunca le dan la espalda y que trenzan algunos de los pasos de su danza bajo el paso-. Posteriormente se procedió a la solemne misa cantada por el Coro de la Hermandad y la imposición de medallas a los nuevos hermanos.

Los mayordomos de este año, Alonso Díaz y Leonor Bravo Los mayordomos de este año, Alonso Díaz y Leonor Bravo

Los mayordomos de este año, Alonso Díaz y Leonor Bravo / Jordi Landero (El Cerro de Andévalo)

Pasado ya el mediodía, el colorido se adueñó un año más del entorno del Santuario, donde como desde hace siglos tuvo lugar el popular Baile del Poleo por la mayordoma, las jamugueras, los silletines y los lanzaores, acompañados por los toques de los tamborileros. El tiempo parece que se detiene en este preciso instante.

Los actos del domingo concluyeron con el rezo del Santo Rosario y el canto del Santo Dios a última hora de la noche, así como como con la entrega de las Bandas de San Benito al Santo Patrón por parte de los mayordomos, que concluyeron con su tradicional invitación a los romeros en el Patio de Caballos del Santuario, donde finalmente se esperó, de madrugada, la Salida de 'El Cristo'.

Un momento del vistoso baile del Poleo Un momento del vistoso baile del Poleo

Un momento del vistoso baile del Poleo / Jordi Landero (El Cerro de Andévalo)

La jornada da comienzo el Lunes de Romería con una Santa Misa a las 11:30 cantada por el Coro de la Hermandad, con el nombramiento e imposición de las Bandas al nuevo mayordomo y con reparto de las tradicionales avellanas lanzadas a voleo. A las 13:00 se repite la invitación de la mayordomía saliente a la entrante, y a las 16:00 se procede a la salida desde el Santuario hacia El Cerro de Andévalo. A la llegada de la comitiva se procede a una invitación a todos los romeros en el Prado de San Sebastián, donde se hará la entrega del ramo y del Estandarte al secretario de la junta de gobierno de la Hermandad.

Ya el 10 de mayo se celebrará el 'Miércoles del dulce'. A las 17:00 será el reparto de dulce de membrillo, cidra y vino de pasas a todos los vecinos por las calles del pueblo. A las 22:00 el Baile del Poleo en la Plaza de España, con la mayordoma, jamugueras y lanzaores; terminando con una copa de vino entre la mayordomía saliente y la entrante.

Las fiestas concluyen con el 'Jueves del dulce', cuando a partir de las 18:00 se reparte el dulce para cerrar los festejos definitivamente con el mejor broche de oro, al ritmo del Baile del Poleo.

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