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Cepsa impulsa una investigación para producir biodiesel a partir de algas

  • En el proyecto colaboran las universidades de Huelva y Cádiz, la empresa BioOils y el Ministerio de Economía y Competitividad · El cultivo de las microalgas favorece la reducción de emisiones de CO2

Investigadores de Cepsa y las universidades de Huelva y Cádiz han logrado obtener microalgas que acumulan hasta un 35% de lípidos potencialmente útiles para producir biodiesel en el marco de un proyecto destinado a evaluar la viabilidad de ese uso. Es un proyecto de investigación cuyo periodo de gestación únicamente sobrepasa el año, si bien ya se vislumbran las bases de un nuevo biocombustible nacido al calor del cultivo de microalgas que, para más inri, son capaces de alimentarse de CO2.

Aunque aún restan dos años de investigación hasta que finalicen los estudios e incluso lustros antes de que este combustible nutra los motores de combustión, ya existen importantes avances que la empresa Cepsa y la cátedra homónima hicieron públicas ayer, a la par que abrir las puertas de los laboratorios del Centro Internacional de Estudios y Convenciones Ecológicas y Medioambientales (Ciecem) de Matalascañas donde se gesta esta alquimia, en la que se han invertido 1,2 millones de euros.

En el mismo corazón de la investigación y de manos del profesor de la UHU y director del proyecto, Carlos Vílchez, se desvelaron los pormenores de estos trabajos, en cuya presentación estuvo el director de Tecnología de la petrolera, Jaime Berbés; el representante del Centro de Investigaciones de Cepsa en Madrid, Miguel Pérez, y el vicerrector de Investigación de la Universidad de Huelva, Jesús de la Rosa. Juntos explicaron que, al tratarse de organismos fotosintéticos, las microalgas son capaces de convertir la radiación solar en nutrientes que utilizan en pos de su desarrollo. Esta energía que toma prestada del sol, en comunión con las distintas moléculas del metabolismo celular, interactúan generando unos ácidos que mediante transformaciones químicas pueden generar combustibles.

El verdadero desafío científico, que, finalmente, marcará su éxito comercial, será hallar una microalga capaz de garantizar la rentabilidad de producción de lípidos potencialmente útiles para producir biodiesel o, en su defecto, que posea una alta tasa de crecimiento, explicó Vílchez. Hasta ahora la especie más "prometedora" es capaz de llegar a un 35%. Entre tanto los trabajos se centran en aislar y cultivar en laboratorios la excelsa selección de microalgas que han mostrado ser más óptimas para rendir en las condiciones ambientales de la zona geográfica de donde proceda el cultivo. Para este fin se ha venido realizando una profunda criba hasta depurar aquellas que ofrecen mejor rendimiento cuantitativo y cualitativo en la generación de estos ácidos. Para estimular esta acumulación de líquidos, se desarrollan cultivos tanto en interior como en el exterior con volúmenes entre los 300 y los 700 litros.

Vílchez quiso ser cauto a la hora de pronosticar una fecha en la que esta investigación traspase el umbral del laboratorio. Afirmó que el éxito "llegará desde la integración de conocimientos y profesionales en diversas disciplinas de la Ciencia y de la Ingeniería, esencialmente desde la microbiología, fisiología y bioquímica de microalgas, la bioingeniería de la producción masiva de los microorganismos y la química de la extracción, separación y transformación de aceites en biodiesel", materias estas últimas donde la experiencia de Cepsa y BioOils se revelan primordiales.

Sobre la apuesta de Cepsa en el campo de la innovación, Jaime Berbés incidió en la importancia de este tipo de proyectos a la hora de fijar posiciones estratégicas en diferentes campos de la energía que tienen como objetivo a medio y largo plazo garantizar "la posición competitiva en un entorno cambiante y cada vez más exigente". Se persigue priorizar otras fórmulas de combustible que dejen aparcada la dependencia del petróleo. Berbés se congratuló de desempeñar trabajos conjuntamente con otras instituciones como las Universidades de Huelva y Cádiz, "sin cuya participación no es posible imaginar un proyecto como éste ni muchos otros que se desarrollan en el marco de las cátedras Cepsa, que incluyen también a la Universidad de Sevilla".

El vicerrector de Investigación de la UHU agradeció el compromiso incombustible de la compañía petroquímica en I+D+I, cuyo "ejemplo" marca "el camino a seguir por parte de la investigación universitaria y del respaldo que el tejido empresarial debe ofrecer a la ciencia como fuente de mejoras y progresos que garanticen su futuro". Las investigaciones cuentan con el respaldo de las Universidades de Huelva y Cádiz, de Bio-Oils y del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) del Ministerio de Economía y Competitividad que lo ha estimado merecedor de apoyo financiero.

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