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Presentan la biografía oficial de la Madre Luisa de Nerva para iniciar su causa de beatificación

  • El libro de Celia Hierro sobre la vida de la fundadora de la Obra Jesús Nazareno de Nerva da fe de su fama de santidad

Celia Hierro, autora del libro '“La Madre Luisa Sosa, testigo y apóstol de Jesús Nazareno'.

Celia Hierro, autora del libro '“La Madre Luisa Sosa, testigo y apóstol de Jesús Nazareno'. / Juan A. Hipólito

La sobrina de la fundadora de la Obra de Jesús Nazareno de Nerva, Celia Hierro Fontenla ha presentado en la localidad minera el libro “La Madre Luisa Sosa, testigo y apóstol de Jesús Nazareno” (Grupo Editorial Fonte, 2021), dedicado a su tía, fallecida el 25 de noviembre de 2017 a la edad de 99 años.

Al acto de presentación del libro, celebrado en la Iglesia Jesús Nazareno del Asilo de Ancianas, donde su fundadora se dedicó en cuerpo y alma al cuidado de las ancianas desamparadas durante décadas, acudieron numerosas personas para honrar la memoria de Madre Luisa y conocer su vida, obra, carisma y escritos, plasmados en esta obra literaria presentada al Obispado de Huelva como biografía oficial documentada para iniciar su causa de beatificación.

Hierro llevó todo el peso de la presentación, complementada con los testimonios de los sobrinos de Madre Luisa, Julita y Manuel (tía y padre de la autora), e Inmaculada, hermana de la Obra de Jesús Nazareno de Nerva, fiel seguidora de la causa iniciada por su fundadora hace más de 70 años, a la que se sumó con apenas 18 años.

El libro es el resultado de una labor de equipo junto con las hermanas de la Obra de Jesús Nazareno de Nerva. Gracias a sus testimonios y a las cartas que su fundadora, la Madre Luisa, conservaba de forma ordenada y que pusieron a entera disposición de la autora, se ha podido llevar a cabo un riguroso trabajo de investigación sobre la vida de la protagonista.

Las principales fuentes en las que se basa la obra son las más de 300 cartas manuscritas y otros documentos aparecidos tras el fallecimiento de la protagonista, así como los testimonios orales y escritos de las hermanas sobre la fundadora de la obra religiosa y social. “Nuestra intención es dar a conocer la obra de una santa a través de testimonios directos”, subraya la autora.

La estructura del libro, prologado por el Vicario General de la Archidiócesis de Sevilla, Teodoro León se divide en tres capítulos sobre la vida, obra, espiritualidad y carisma de Madre Luisa, y tres anexos con documentación sobre los orígenes de la Obra, poesías y cartas.

70 años al servicios de las ancianas

A finales de noviembre de 1950 aún eran palpables los estragos producidos por los años del hambre en la Cuenca Minera de Riotinto. Para la inmensa mayoría de los habitantes de esta zona rural, eminentemente minera, eran tiempos para todo tipo de calamidades: escasez de los productos más necesarios y falta de recursos básicos, trabajo precario y condiciones laborales ínfimas, enfermedades, etc.

El terreno donde hoy se asienta el Asilo de Ancianas de Nerva aún no estaba, ni tan siquiera, en la mente de las mujeres voluntariosas y solidarias que conseguirían alzarlo años más tarde en medio de un erial. Dos años antes de la primera recogida de una anciana, una jovencísima Luisa Sosa Fontenla, con apenas veinte años, y varias compañeras habían comenzado a elaborar comidas para alimentar a las personas enfermas más necesitadas del pueblo.

Luisa Sosa y el obispo Cantero Cuadrado, junto a una anciana. Luisa Sosa y el obispo Cantero Cuadrado, junto a una anciana.

Luisa Sosa y el obispo Cantero Cuadrado, junto a una anciana. / Juan A. Hipólito

La ola de críticas de la clase pudiente contra la labor solidaria que realizaban estas mujeres no tardó en hacerse notar. Desde que empezaron con su obra social, cada paso que daban eran objeto de nuevas críticas, cada vez más feroces. En uno de sus escritos, la Madre Luisa relata con cierta amargura cómo lo más triste de aquellas críticas, “acerbadísimas, de auténticas y terribles calumnias” fue descubrir que los principales instigadores de las mismas eran siempre los sacerdotes, todos los que se fueron sucediendo, salvo honrosas excepciones.

Muchos años antes de comenzar con su obra social, la autora de esta obra inédita se describe a si misma como una persona sin vocación, obsesionada con la salvación de su alma a través de la religión. Pero un rayo de luz le torna religiosa por convencimiento y dispuesta a renunciar a todo y servir al Señor. La vida espiritual de Santa Teresa de Jesús le muestra el camino, pero ella actúa más por temor que por amor. A finales de los años 30 del siglo pasado, se encuentra en un mar de dudas. Sopesa seriamente la posibilidad de unirse a la vida religiosa como monja, pero en su interior oye constantemente una voz que le implora: “¡Has de fundar, has de fundar!”. Así transcurren los años hasta su místico encuentro con el Nazareno del que surge la palabra clave en toda esta historia: “¡Ancianas!”. “En un instante se me revelaba el destino de aquella casita y de mi vida entera. Y un gozo inmenso, inexplicable, inundó todo mi ser”, confiesa en otro de sus escritos.

Hasta pasados años no pudieron disponer de su propia casa para atender a las ancianas que iban recogiendo. Llegaron a tener 12 ancianas a su cargo. En aquella primera casa se llevaron casi diez años hasta que se les empezó a quedar pequeña para albergar a tanta anciana como empezaba a llegarles. Entonces decidieron afrontar el proyecto de construir desde los cimientos un nuevo hogar con mayor capacidad. En esta ocasión, todos empezaron a sumar. Los terrenos se los cedería la Compañía minera de Riotinto y el arquitecto no les cobraría nada.

Finalmente, la nueva casa de acogida no se llegaría a alzar en el lugar previamente establecido. El obispo de Huelva, Cantero Cuadrado, les ofreció hacerles otra que contaría con una Parroquia anexa. El 20 de marzo de 1962 pusieron la primera piedra. Dos años después continuarían con su obra social en la nueva casa, lo que se conoce en la actualidad como el Asilo de Ancianas de Nerva que llegó a albergar hasta 45 ancianas y atender las necesidades de una veintena de niñas procedentes de familias desfavorecidas.

En la actualidad, solo cinco integrantes de la Obra de Jesús Nazareno de Nerva, supervisadas por María del Pilar Angulo, atienden a una veintena de mujeres, muchas de ellas ancianas, a las que se dedican en cuerpo y alma bajo la impronta de su fundadora: “Pobreza, sencillez, comprensión, ternura y amor”. Las que quedan al frente de esta labor de beneficiencia se sienten huérfanas desde el fallecimiento de la Madre Luisa, pero siguen fieles a su vocación de servir a los más necesitados.

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