Atrapado por la pólvora y el fuego
Juan Pérez Martín, 'Zapatito', lleva desde el año 1966 plantando sus fallas · A sus 86 años sigue ideando caricaturas
A pocas horas de que el fuego de cuenta de un conjunto de figuras y muñecos en la calle San José de San Juan del Puerto, Juan Pérez Martín, Zapatito, sanjuanero y artífice de que hasta estos pagos haya llegado una tradición originaria de Valencia, cuenta el trabajo que ha realizado desde 1966, año en que plantó su primera falla en su pueblo natal. De esta pasión por la creación de esculturas de papel se impregnó Zapatito, apodo familiar de Juan, en un viaje que realizó desde Huesca, donde trabajó como ayudante de cocina, hasta Valencia, con el fin de conocer esa fiesta ligada a la pólvora y el fuego, las fallas.
Los alumnos del curso, que imparte en la Mancomunidad Campiña-Andévalo para formar a Agentes de Desarrollo Turístico, han conocido todos los entresijos de este trabajo desinteresado que ha llevado a Juan Pérez Martín a recibir el cariño y reconocimiento de todo su pueblo, San Juan del Puerto. No sólo con numerosas muestras de afecto sino también con la rotulación de una calle con su nombre. Pero, sobre todo, han querido conocer una afición que ha llegado a convertirse en recurso turístico de la localidad, ligado a sus fiestas de San José.
"En aquel viaje a Valencia yo me quedé maravillado de las fallas y me dije que yo podía hacer también en mi pueblo unas figuras así, y desde 1966 monto las fallas de San Juan en la calle San José", cuenta emocionado Juan Pérez Martín. Aunque ahora vive en la Residencia de Mayores y está postrado en una silla de ruedas, su pueblo no se va a ver privado este año de disfrutar con las fallas. En vez de hacer las figuras de su conjunto "en la calle, al fresquito, en las noches de verano, las he hecho aquí en la residencia y con las mismas ganas e ilusión", explica. Y es que era frecuente ver cada noche de verano en la puerta de su casa a Zapatito confeccionando las figuras que luego quemarían en las fallas. "Hago las figuras en verano porque se seca más rápido y es mejor que en invierno, cuando hay tanta humedad", desvela. Zapatito explica los detalles con mucho ímpetu, como si fuera la primera vez que hace la figura de una falla. El proceso comienza cuando a Juan le viene la inspiración e "imagino cómo quiero que sea la falla que voy a hacer ese año. Luego voy cogiendo papel y voy rellenando un maniquí hasta hacer la figura que quiero". El autor desvela además que "el modelo de todas las manos que tienen las figuras construidas siempre, son mis propias manos".
Con pesar reconoce que no ha contado con mucha ayuda para hacer este trabajo desinteresado "que me ha costado mucho dinero porque yo no soy de pedir". Aunque reconoce que el actual alcalde Felipe Prieto "se porta muy bien, me está ayudando mucho". No en balde, la afición y pasión de este sanjuanero se ha convertido en un atractivo turístico para la localidad que visitan cada año muchos onubenses llamados por la curiosidad de que a tantos kilómetros de Valencia, también se quemen fallas.
Como si no le pesaran sus 86 años, Juan cuenta que "la falla de este año se llama La Justicia y representa la vida de hoy en día". Pero cuando todavía no ha montado esta falla con 21 figuras, Zapatito ya tiene pensada la falla del próximo año que va a dedicar a su nuevo hogar, la residencia de mayores y que, con cierto humor, desvela que "se llamará: Camino sin salida". Pero lo cierto y verdad es que nadie se acerca para conocer cómo se hace este trabajo y que San Juan del Puerto siga disfrutando de sus fallas. "Este año me está ayudando una pintora de San Juan y para el día del montaje también habrá gente que lo haga, aunque yo lo único que haré es dirigir desde mi silla de ruedas", explica. El temor de Juan es que no haya nadie que se haga cargo de las fallas cuando él ya no esté.
Los alumnos del curso se interesan por todos los detalles que han movido a este vecino de San Juan a realizar este trabajo altruista desde 1966 e, incluso, montando algún año hasta cinco fallas. Y Juan, con su gracia y amabilidad, va enseñando las fotos de las numerosas fallas que ha montado en su pueblo desde entonces. Quedarse con una es difícil, pero a Juan no se le olvida una que dedicó al estraperlo. Nunca ha tenido problemas con las autoridades por sus figuras, "ni en los años de la dictadura", comenta.
Y este ímpetu por hacer cosas se lo ha llevado Juan en su equipaje hasta la residencia de mayores ya que allí está también realizando todo tipo de trabajos como las máscaras para los carnavales de la residencia o las flores de papel con que se adornó todo el centro en el Día de Andalucía.
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