La Asunción luce sus mejores galas para acoger a la Virgen del Rocío
El obispo estrena la remodelación de la parroquia mañana con la celebración del primer acto del programa del traslado de la patrona · El presupuesto inicial de 200.000 euros se ha incrementado en 50.000
La parroquia Nuestra Señora de la Asunción en Almonte ya luce sus mejores galas en espera de que la Reina de las Marismas presida su altar el próximo 19 de agosto, después de la celebración de los cultos de El Rocío Chico y el posterior traslado que se produce cada siete años.
El emblemático templo religioso abrirá sus puertas el sábado tras la profunda restauración que se lleva gestando desde primeros de año para corregir la humedad de los muros y el hundimiento parcial de las cúpulas que había terminado por afectar al armazón interior y, por consiguiente, a los frescos que enriquecían artísticamente el conjunto.
Para dicho estreno el obispo emérito de Huelva, Ignacio de Noguer Carmona, oficiará mañana la misa que abrirá los cultos que se celebrarán con motivo del voto de acción de gracia a la patrona por la intercesión y protección de María a la hora de frenar la venganza de las tropas francesas. El párroco José García se ha congratulado de la respuesta del municipio, "más aun por vivir tiempos muy delicados" en los que a pesar de todo a los devotos no les han temblado el pulso a la hora de darlo todo por su patrona. García reconoció que durante los últimos años ha llegado a sentir "pánico" de que las obras no pudieran llevarse a efecto antes del traslado, por lo que da las gracias a un pueblo "que se ha volcado".
A pesar de las adversidades que ha encontrado en su gestación el proyecto, una de las prioridades se ha visto cumplida: mantener los plazos de recepción de la obra; toda vez que la imagen de la patrona almonteña habría de ocupar su nido de forma impostergable tras los cultos de El Rocío Chico. En esta contrarreloj se descubrió que la madera que soporta los techos había sido atacada por las termitas, lo que obligó a la aplicación de un tratamiento especial, cuyos trabajos han ascendido a 38.000 euros. Esto unido a la necesidad de restaurar los frescos del crucero han elevado la factura total hasta los 250.000 euros, generando un déficit de 70.000, al que la comisión de seguimiento, que inspecciona el proyecto, espera dar respuesta con futuras aportaciones populares. La iglesia, que data de 1755, presentaba numerosos problemas de humedad como consecuencia de los feroces temporales acaecidos entre 2009 y 2010, cuyas torrenciales precipitaciones dejaron a la luz las deficiencias estructurales de la techumbre por la que se fue filtrando el agua. Estos problemas de humedad afectaron a las pinturas de la cúpula interior que se estaba prácticamente derruida.
Durante los trabajos de restauración se ha seguido la máxima de respetar el estilo barroco que poseía el conjunto y que se le confirió tras el terremoto de Lisboa de 1755. De aquel edificio del siglo XV y XVI se conserva la capilla de estilo Mudéjar que se aferró en pie aguantando las envestidas de un seísmo de intensidad 9 en la escala de Richter, cuyo epicentro se situó en el Océano Atlántico, a menos de 300 kilómetros de la capital portuguesa.
Toda esta riqueza e impronta arquitectónica se ha mantenido imperturbable pues se han rescatado todos los elementos decorativos de cerámica amén de la bella fachada principal labrada por Antonio Matías de Figueroa. Con este fin, durante los trabajos, se han rescatado todos los elementos decorativos de cerámica que poseía. Los trabajos de albañilería se desarrollaron antes de comenzar la romería de pentecostés de este año, mientras que tras ella se iniciaron las labores de pintura y restauración de los frescos, cuya factura ha corrido a cargo de Javier Anguas.
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