Asaja exige el trasvase de agua al Condado antes de cerrar los pozos ilegales
El presidente de la organización afirma que la ampliación del espacio protegido acabará con el 60% de la producción hortofrutícola · Otros sectores económicos también están en peligro
El agua es la clave del Espacio Natural de Doñana. Si la reserva biológica necesita este elemento líquido para seguir viva también es imprescindible para el medio humano de la comarca, incluidos los agricultores, sector económico que pasa por ser uno de los que ha superado la crisis con nota dentro de la provincia de Huelva. La organización Asaja-Huelva pone énfasis en que se garantice el agua a los productores agrícolas de Doñana y teme que la propuesta de ampliación del espacio protegido vinculado a Doñana vaya a afectar a la producción hortofrutícola de la comarca, y con ello a la de toda la provincia. La organización agraria advierte de que están en juego el 60% de la producción hortofrutícola y 3 millones de peonadas anuales.
La clave de este entramado es el agua. Asaja asegura que, de limitarse el uso de la extracción del agua de pozos en la zona sin garantizarse el trasvase al Condado para regar con agua superficial, "se acabará con el sector agrícola".
Actualmente existen en la comarca unos 700 pozos ilegales que se utilizan para riego agrícola; éstos captan el agua directamente del acuífero nº 27, que es la principal reserva subterránea del parque natural y que en los últimos años se ha visto seriamente afectada por las extracciones y por los períodos de sequía. Para evitar seguir sacando agua del acuífero, los agricultores llevan años demandando un trasvase de agua de 4,99 hectómetros cúbicos de agua desde la Cuenca Atlántica del sistema Chanza-Piedras, donde existen reservas suficientes, hasta la comarca del Condado, es decir la Cuenca del Guadalquivir.
El presidente de Asaja-Huelva, José Luis García-Palacios, justifica las reticencias de su organización a que se amplíe el espacio protegido de Doñana señalando que "no está en contra de la ampliación de la Reserva que protege un ecosistema tan valioso como Doñana sino de las afecciones que va a provocar".
Para el portavoz provincial de Asaja, la propuesta "carga contra" las principales actividades económicas que actualmente se desarrollan en la zona que se pretende incluir en la Reserva como la ganadería, el aprovechamiento forestal o el cultivo de la fresa.
En el supuesto de que se lleven a cabo las restricciones apuntadas por la Unesco "daría al traste" con la agricultura en una zona que concentra el 60% de la producción hortofrutícola de la provincia, fundamentalmente fresa y berries, originando una pérdida de mano de obra de unos tres millones de jornales anuales. "Si no se garantiza que la actual actividad va a seguir con las necesarias actuaciones no daremos por bienvenida la ampliación, porque supone proteger a costa de la sociedad y desaparición de la economía social", indicó.
La propuesta de la Consejería de Medio Ambiente, aprobada por la Unesco, triplica la superficie actual de Doñana, pasando de las actuales 77.260 hectáreas a 268.293, para que sea "suficiente" para cumplir las funciones de las reservas de la biosfera marcadas por la Unesco, algo que García-Palacios considera "imposible" con sus actuales dimensiones.
La voz de Asaja-Huelva no es la única que se ha levantado en la provincia en contra de esta propuesta de ampliación de la reserva aprobada por la Unesco. La Federación Onubense de Empresarios (FOE) teme que la medida venga a paralizar la actividad económica de la comarca. El secretario general de la FOE, Rafael Ávila, teme que traerá consigo futuras expropiaciones, lo que, "a medio plazo, hipotecará todo el terreno porque hay muchas fórmulas para invitar a la venta del terreno", dijo.
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