Agricultura

Asaja-Huelva alerta de graves pérdidas en la cosecha de cereales de invierno

  • La caída oscila entre el 30% y el 65% con respecto a los datos de producción de la campaña anterior

  • La sequía diezma la cosecha y acarreará graves pérdidas para los agricultores de cereal onubenses

Cosechadora en acción en plena recolección de un campo de cereal.

Cosechadora en acción en plena recolección de un campo de cereal.

La intensa y constante sequía que viene padeciendo el campo onubense durante todo este año es la causa que ha provocado una reducción drástica en la cosecha de cereales de invierno, que comprende el trigo blando, duro, cebada, avena, centeno y triticale. Tras realizar los técnicos de Asaja-Huelva un sondeo por las principales cooperativas productoras y comercializadoras de este cereal, los datos arrojan un escenario considerado desolador por el sector, ya que, dependiendo de la zona, la reducción de la cosecha alcanza hasta el 65% con respecto a la campaña anterior.

La zona de San Juan del Puerto, detalla la organización agraria en una nota de prensa, sería la peor parada en estos datos. En la campaña 2016/2017, la cosecha en esta área alcanzó los 4.000 kilos por hectárea en cualquiera de las variedades consideradas. En esta campaña no superará los 1.500 kilos por hectárea.

Algo parecido ocurre con el área de Beas y Trigueros: si el año pasado la cosecha estaba entre 4.000 y 4.500 kilos por hectárea, en esta campaña se estima que estará también entre 1.500 y 2.000 kilos.

En la zona de Gibraleón se apunta a que la reducción de la cosecha rondará el 30% -sería la zona menos afectada en principio-, mientras que el área de Villalba también sufriría un recorte cercano al 35% de su producción habitual.

La situación es muy grave, consideran en Asaja Huelva, “y no sólo por las pérdidas que esta mala campaña va a acarrear a unos agricultores que de por sí tienen que lidiar en su día a día con problemas como los bajos precios que perciben en origen mientras asumen grandes costes de producción”.

Esta reducción drástica de la producción de cereal en la agricultura onubense “también es un problema para nuestra ganadería, que necesita de los piensos que se producen en la provincia y cuya escasez obliga a importarlos a precios superiores y a menudo con menor calidad”.

La organización agraria está también en alerta, asegura, por cómo esta situación de sequía haya podido afectar a la nascencia y el desarrollo de cultivos importantes como el girasol.

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