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El Andévalo: donde es posible armonizar la agricultura de regadío con la preservación del entorno

  • Una familia onubense con tradición agrícola y cuyo primer huerto estuvo en el actual barrio de Adoratrices de Huelva, transforma en un vergel dos grandes fincas en la comarca del Andévalo, donde cultiva más de una decena de productos en completa sintonía con el territorio

Miguel Ángel Gallardo y Juan Parralo, tío y sobrino, en la tienda de Gibraleón donde venden directamente sus producciones

Miguel Ángel Gallardo y Juan Parralo, tío y sobrino, en la tienda de Gibraleón donde venden directamente sus producciones / Jordi Landero (Gibraleón)

En un momento en que el debate sobre producción intensiva/extensiva en el sector primario está extremadamente polarizado, sobre todo a raíz de la reciente polémica en torno a la ganadería, las macrogranjas y la calidad de la carne que se produce en España, hay productores que, con su buen hacer diario, se empeñan -casi sin quererlo- en demostrar que la realidad es muy distinta a la de unas posiciones extremas que solo llevan a transmitir una imagen muy distorsionada de lo que es en realidad el sector primario.

Un ejemplo de ello está en la agricultura onubense, y más actualmente en el Andévalo, donde la reciente puesta en riego de 6.600 nuevas hectáreas de terreno tras la inauguración de las instalaciones de la Comunidad de Regantes del Andévalo Fronterizo -CRAF-, a las que se suma otras 2.883,5 gracias a los avances en la Comunidad de Regantes Olivargas -antes Andévalo Minero o CRAM-, permite vislumbrar un horizonte muy prometedor para una de las comarcas más ricas de la provincia onubense en cuanto a recursos, pero también de las más castigadas por la despoblación.

De estos avances en materia de riego se beneficiarán municipios como Paymogo, Tharsis, Alosno, El Almendro, Villanueva de los Castillejos y Puebla de Guzmán, en el caso de la CRAF; y El Cerro de Andévalo, Calañas, la Zarza-Perrunal y parte de Almonaster la Real en el de la CRAM.

Si aprovechan las potencialidades que les ofrece la nueva situación, el riego de tantas miles de hectáreas será un revulsivo sin precedentes, sobre todo si armonizan la nueva actividad agrícola intensiva que permite contar con agua en cantidad y de calidad -pero bien administrada aprovechando los avances tecnológicos-, con la esencia de una comarca que cuenta con una riqueza natural, paisajística, patrimonial, etnográfica y humana únicas, que bien aprovechada es otra de las palancas para el desarrollo de dicho territorio.

Las transformación de las fincas de esta empresa familiar cien por cien onubense es modélica Las transformación de las fincas de esta empresa familiar cien por cien onubense es modélica

Las transformación de las fincas de esta empresa familiar cien por cien onubense es modélica / Miguel Ángel Gallardo (Villanueva de los Castillejos)

Uno de los mejores ejemplos lo tenemos en Villanueva de los Castillejos, a caballo entre los términos de Alosno y San Bartolomé de la Torre, donde Juan José Gallardo, su hermano Miguel Ángel, y el hijo del primero, Juan Gallardo Parralo, junto con el resto de miembros de esta familia onubense con una destacada tradición agrícola, adquirieron hace unos cinco años dos fincas anejas que suman más de 1.100 hectáreas -El Alamillo y Los Turbios-, de las que solo han transformado la mitad del terreno -siendo el resto dehesa-, y donde han hecho una firme apuesta por armonizar la conservación de los valores naturales y paisajísticos de la zona, con la producción de variados productos agrícolas en régimen intensivo -y en el caso del olivo superintensivo-.

La filosofía de Agrosán, nombre de esta empresa familiar 100% onubense, pasa en primer lugar por la sostenibilidad, así como también por la diversificación -cultivan más de una decena de productos-, y por la transformación al producir sus propios vinos y aceites.

La diversificación es una de las claves La diversificación es una de las claves

La diversificación es una de las claves / Miguel Ángel Gallardo (Villanueva de los Castillejos)

Se consideran apasionados de la comarca del Andévalo, tanto de su riqueza natural y humana, como del aprovechamiento responsable de sus recursos endógenos, de ahí que la transformación de su finca ha sido modélica. Pasear por ella es hacerlo entre cultivos mimetizados con el entorno, y entre los numerosos reservorios de monte que, además de respetar el paisaje original, tienen una clara función agronómica al ser "huésped de numerosos animales e insectos que hacen de plaguicidas naturales, estableciendo una biodiversidad balanceada", según explica Juan Parralo, que con 28 años es ingeniero agrónomo, como su padre Juan José y su tío Miguel Ángel.

Así, entre otras cosas, en ambas fincas se ha respetado el desnivel del terreno, plantando en cada zona el cultivo más adecuado en función de la orografía y la meteorología, muchas de ellas en terrazas. El resultado es que, dispersos por ellas se entremezclan zonas plantadas de olivar -algunas en superintensivo-, diversas variedades de cítricos -entre naranjas, mandarinas y limones-, almendros, viñas -para vino y de mesa-, nogales o pistachos.

Uno de los naranjales de Agrosan en el Andévalo donde al respetarse los desniveles se ha plantado en terrazas Uno de los naranjales de Agrosan en el Andévalo donde al respetarse los desniveles se ha plantado en terrazas

Uno de los naranjales de Agrosan en el Andévalo donde al respetarse los desniveles se ha plantado en terrazas / Miguel Ángel Gallardo (Villanueva de los Castillejos)

A ello suman un huerto frutal con granados, cerezos o arándanos de distintas variedades, donde también tienen previsto sembrar frutales de hueso como melocotones y nectarinas; y varios colmenares de los que obtienen mieles de excelente calidad, cuyas abejas son además sus mejores aliadas para la polinización natural de sus frutales. Esta amplia gama de productos se diversifica aún más, si cabe, sumando las producciones de aguacate y otras variedades de cítricos que cultivan en otras fincas de la provincia como La Calvilla, en Gibraleón.

Otra de las claves de la filosofía de esta familia onubense está en la comercialización de las producciones. Según Miguel Ángel, mientras que en general las producciones agrícolas onubenses son "de mucha calidad", uno de los problemas está en que su valor añadido no se queda en Huelva.

Así, sus esfuerzos se centran en sumar valor añadido a sus producciones intentando que sean de la mayor calidad posible, renunciando incluso para ello a que sea el rendimiento el principal objetivo de la actividad. Y es que según añade Miguel Ángel, "estamos convencidos de que, a largo plazo, es lo que va a funcionar".

En el manejo de la finca no se emplean tratamientos fitosanitarios En el manejo de la finca no se emplean tratamientos fitosanitarios

En el manejo de la finca no se emplean tratamientos fitosanitarios / Jordi Landero (Villanueva de los Castillejos)

En definitiva, añade, "queremos que nuestros productos sean únicos y que tengan personalidad propia", como sucede con sus aceites, en los que hasta el nombre comercial, Turdus Aove, tiene personalidad y simbología propias al ser el nombre científico del zorzal, un ave omnívara que se alimenta de las mejores aceitunas del olivar.

"Esta filosofía -añade- termina compensando al consumidor ya que a la postre la diferencia de precio entre un aceite industrial y sin personalidad, y otro artesanal y diferenciado, es mínima para la mayor calidad del segundo".

Igual pasa con el vino, donde "en nuestro caso, lo más importante es, entre otras cosas, la añada, el momento de recolección de la uva o el uso de levaduras autóctonas para la fermentación, lo cual no elegimos en función del rendimiento final, sino sobre todo teniendo en cuenta la calidad e identidad propia del producto". Todo ello, prosigue, "sin renunciar al uso de las más modernas tecnologías".

La calidad es también lo que ha llevado a estos onubenses a apostar por el Andévalo, una comarca donde "ahora hay disponibilidad de agua" y a la que "tenemos que saber sacarle lo bueno respetando al máximo el entorno".

Las plantaciones de más de diez productos distintos están plenamente integradas en el entorno andevaleño Las plantaciones de más de diez productos distintos están plenamente integradas en el entorno andevaleño

Las plantaciones de más de diez productos distintos están plenamente integradas en el entorno andevaleño / Jordi Landero (Villanueva de los Castillejos)

Así, subrayan que la intervención realizada "ha sido mínima y solo la imprescindible para poder plantar", por lo que en sus fincas se ha respetado el desnivel del terreno y la flora y fauna autóctonas gracias a los numerosos reservorios de monte entre cultivo y cultivo. Con el mismo objetivo también realizan un manejo agronómico en sus fincas que les permite obtener productos libres de residuos al no usar productos fitosanitarios.

Otra de sus apuestas pasa por fomentar que las producciones vayan directamente del campo a la mesa, evitando todo lo posible el impacto ambiental y la huella de carbono que genera el transporte de mercancías. En este marco han abierto recientemente una tienda en una nave que la empresa posee en el polígono La Colmenilla de Gibraleón, donde venden directamente al consumidor parte de sus producciones, además de otros productos gourmet onubenses; así como van a poner en marcha una tienda online con el mismo propósito.

Agrosan elabora sus propios vinos y aceites para dejar en Huelva el valor añadido de sus producciones Agrosan elabora sus propios vinos y aceites para dejar en Huelva el valor añadido de sus producciones

Agrosan elabora sus propios vinos y aceites para dejar en Huelva el valor añadido de sus producciones / Jordi Landero (Villanueva de los Castillejos)

"Todo está resultando y dando sus frutos desde el punto de vista empresarial, y nosotros estamos muy contentos no solo con lo que estamos haciendo, sino sobre todo por como lo estamos haciendo", concluyen.

Nuestro agradable paseo por este auténtico vergel en medio del Andévalo termina en una de las joyas de ambas fincas, un arroyo natural flanqueado por un frondoso bosque en galería donde, según Miguel Ángel, se dejan ver a menudo la nutria, el martín pescador, el ciervo, el jabato, la jineta, el gato montés o la esquiva cigüeña negra, entre otras muchas especies autóctonas, lo cual a su juicio "es la mejor señal de que algo estaremos haciendo bien".

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