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Advierten del alto riesgo de inundación tras la caída de árboles en Nerva

  • Preocupación en la localidad minera de cara al fin de semana ante los taponamientos de arboleda caída localizados en el cauce del barranco de Santa María

Advierten del alto riesgo de inundación tras la caída de árboles en Nerva

Advierten del alto riesgo de inundación tras la caída de árboles en Nerva / Juan A. Hipólito

El alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, advierte del alto riesgo de inundación en el que se encuentra la localidad minera ante la previsión de fuertes lluvias para el próximo fin de semana y los numerosos obstáculos formados por restos de árboles quemados en el incendio de agosto de 2018 que técnicos municipales han localizado en el cauce del barranco de Santa María, a 2,4 kilómetros del casco urbano.

Ante las numerosas muestras de inquietud trasladadas por los vecinos de la barriada del Pozo Bebé, donde se ubica la boca del colector subterráneo que atraviesa el pueblo de norte a sur, que llegó a colapsar el 19 de diciembre de 2019 a causa del taponamiento provocado por el arrastre de una cantidad ingente de troncos de pinos quemados, y ante el temor de que pueda volver a repetirse la grave inundación acontecida entonces, el primer edil nervense ha vuelto a demandar la atención de la Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible para limpiar el cauce del barranco a la altura de la intersección con la antigua vía de la peña, donde se acumula una gran proporción de restos de árboles caídos en pleno cauce. “Les pido que, antes de que empecemos a lamentarnos nuevamente, retiren con carácter de urgencia los restos de arboleda que se acumulan en el cauce, porque en zona rural es su competencia”, advierte.

Aparte de demandar esta actuación puntual de manera urgente, Ayala ha vuelto a recordar a la Junta de Andalucía la imperiosa necesidad de abordar una solución definitiva al cauce del barranco de Santa María para evitar riadas tan graves como la ocurrida hace casi dos años, que provocó pérdidas millonarias en comercios y casas particulares de la zona centro y barriada del Pozo Bebé.

El primer edil ha solicitado por escrito a la Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible en varias ocasiones que, “con carácter urgente ordene revisar el cauce del arroyo de Santa María para su limpieza y retirada de material susceptible de provocar taponamientos que provoquen una nueva inundación en la localidad”.

Ayala recuerda al delegado territorial, José Enrique Borrallo, que ya en las inundaciones sufridas el 19 de diciembre de 2019 se informó con anterioridad a la Administración regional de la necesidad de limpiar dicho cauce, habida cuanta del riesgo extremo de precipitaciones en aquellos momentos, y de la existencia de material proveniente del incendio ocurrido en agosto de 2018. “Después todos conocemos de sobra lo que ocurrió. La inactividad de esa administración devino en los fatales acontecimientos que sufrió la población”, recuerda.

Las reivindicaciones del alcalde de Nerva para actuar sobre el barranco de Santa María no son nuevas. Ya en octubre de 2018, con los socialistas al frente de la Junta, Ayala enviaba un escrito a la entonces Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio reiterando su preocupación por el alto riesgo de inundación que Nerva soporta con la llegada de cada otoño e invierno, incrementado sobremanera desde el incendio sufrido en la Sierra del Padre Caro.

En Nerva nadie recuerda una riada tan grande como la acontecida el 19 de diciembre de 2019, ni siquiera los más antiguos del lugar. El pueblo se dividió en dos mitades de norte a sur, separadas por metro y medio de agua, desde el barrio del Pozo Bebé hasta el recinto ferial, pasando por la zona comercial del centro. La cantidad de lluvia por metro cuadrado caída durante las 24 horas previas al suceso, sobre todo la madrugada de ese mismo día, ascendió a 94 litros. Se inundaron más de 80.000 metros cuadrados de superficie, el equivalente a ocho campos de fútbol. Resultaron afectadas decenas de viviendas y establecimientos comerciales, vehículos, numerosos edificios públicos, viales y espacios de ocio al aire libre. Afortunadamente, no hubo que lamentar ninguna víctima. 

La causa de aquella gran inundación estuvo en el taponamiento del colector del barranco de Santa María ubicado al norte de la localidad minera, justo al costado este de la barriada del Pozo Bebé. En este punto fueron acumulándose durante toda la madrugada arrastres de tierra, rocas, troncos y restos de vegetación procedentes de la zona incendiada a comienzo de agosto de 2018. También se barajó la hipótesis de otro posible taponamiento más arriba del cauce que pudo provocar el torrente de agua que hizo saltar la boca del colector. Esta zona ha sido objeto de varias inundaciones a lo largo de los años cada vez que se han producido lluvias torrenciales en la localidad, pero ninguna de ellas registró la virulencia ni los daños ocasionados por la última.

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