Tribuna de opinión

Adiós a la librería 'La Parada' de Punta Umbría tras más de 40 años de servicio

  • La calle Ancha de la localidad costera se queda huérfana por el cierre de uno de los rincones más conocidos del municipio 

La librería 'La Parada' en Punta Umbría.

La librería 'La Parada' en Punta Umbría. / M. G.

Aún me acuerdo cuando abrió sus puertas con una gran ilusión por parte de sus propietarios, Juan y Lucy. Yo era cliente diario del kiosco que regentaba su padre Patrocinio González, en la esquina de lo que se denominaba “el patio Aguilar”, que hoy es la recién remodelada Plaza 26 de abril de 1963, allí compraba yo todos los días la prensa.

Siempre me ha dado mucha pena y gran pesar cuando cierran los negocios, ya sean bares o restaurantes o comercios en general, se de los anhelos, esperanzas e ilusiones que depositan las personas cuando les nace una idea, cuando preparan la apertura y la felicidad del día de la inauguración y eso ocurrió a la joven pareja que el 26 de mayo de 1975 abrió en Punta Umbría una librería que además estaba acompañada por papelería, copistería y regalos lo que sin duda le daría vida al pueblo y cada vez más a la calle Ancha que se hacía más comercial.

El nuevo establecimiento va a llevar por nombre Librería La Parada en recuerdo al kiosco de prensa de su padre, que se conocía así porque allí estaba la parada del autobús de la empresa Damas que nos unía con Huelva después de toda una vida sin poder comunicarnos por carretera, ya que solo podíamos salir de aquí por rio en la famosa canoa.

Poco ha faltado para que se cumplan 50 años de existencia, 5 décadas sirviendo al pueblo, surtiendo de libros y material escolar a miles de niños. A todo esto, le concedieron la administración de loterías, con lo cual les ha servido de complemento porque bien es sabido que no todo el mundo lee libros y menos ahora que los tiempos han cambiado y mucha gente lee a través del móvil o del ordenador. Muchos premios han dado y mucha gente ha sido muy feliz por este motivo.

Pero Juan y Lucy nunca renunciaron a vender libros, fue su ilusión hace muchos años y ahora que llegan a la edad de jubilación, tienen que abandonar este negocio tan bonito y al que se han dedicado con todo el cariño del mundo. No hay nadie, ni en el pueblo ni ningún foráneo, que haya salido disgustado de este emblemático comercio. A todo el mundo se le ha satisfecho y se le ha ayudado con agrado y con simpatía.

Para sus amigos, ir a la librería diariamente ha sido un rito, nunca hemos faltado, aunque solo fuese para saludarlos y muchos días si el trabajo se lo permitía, hacíamos una pequeña tertulia comentando las noticias y novedades del pueblo, de la provincia, de nuestra región o de nuestra España querida.

Ahora que se esta haciendo una remodelación en nuestra calle peatonal por excelencia, que sin duda va a quedar muy bonita, nuestra principal vía comercial se queda huérfana sin la Librería La Parada y todos los amigos nos preguntamos ¿Y ahora que vamos a hacer?

Ayer fue un chico joven a comprar y al enterarse que cierran, se le saltaron las lágrimas y emocionado le dijo a Juan que desde que era pequeño lo compraba todo allí, los lápices, las gomas Milan, los cuadernos, los libros del colegio y los libros de lectura infantiles y juveniles y le preguntó que, si podía volver mañana a darle un abrazo, a lo que Juan le contestó, no, mañana no, el abrazo nos lo damos ahora mismo y se fundieron los dos llorando de emoción.

Adiós a la LIBRERÍA LA PARADA, con mayúsculas pero con mucha pena.

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