Señora con bambito camina

La tribuna

Señora con bambito camina
Señora con bambito camina

Andariego incansable, abismado casi siempre en sus cuitas, el premio Nobel de literatura Peter Handke acuñó la expresión “la moral de la periferia” en sus pateadas por ciudades de medio mundo. En las periferias urbanas, donde los No Lugares inertes y la textura del hormigón, creyó ver una lección moral que había que saber descifrar.

Me he acordado de esto de “la moral de la periferia” al ver el documental Ellas en la ciudad (Mosvistar +), de la arquitecta y profesora Reyes Gallegos, a quien acompaña en su trabajo de campo el guionista, productor y también director Rafael Cobos. En clave de género, el documental se centra en el papel que tuvieron tantas mujeres luchadoras y hacendosas en la creación y desarrollo de aquellos barrios del extrarradio de Sevilla que del erial y la pura nada emergieron en los años 70 con la idea de ofrecer una fantasiosa idea de nueva habitabilidad a tantas familias de clase obrera.

Sevilla es una ciudad morfológicamente plana. La Giralda se enseñorea de todos sus distritos. Reyes Gallegos ha puesto su mirada en estos barrios periféricos que recrecieron en aluvión durante el franquismo tardío. Una imagen del documental nos muestra con manchas de color dónde se hallan estos barrios duros que antaño crecieron en auténticas parameras. Entre ellos se cuentan el Parque Alcosa, La Oliva, El Cerro del Águila, San Diego, Pino Montano o Rochelambert. Lo que sorprende visualmente a vista de dron es esa mezcla destartalada entre cercanía y lejanía que ofrecen estos barrios respecto a la monumentalidad intramuros del centro histórico. Y es así como la autora nos muestra esta otra dualidad social y antitética de Sevilla. Quiere decirse esa Sevilla donde se halla en buena parte el censo de la gente común y la otra Sevilla supuestamente magnética, devastada por el turismo abrasivo.

Me he acordado también al ver el documental de aquellos barrios que proliferaron por la España tristísima de los años 50: los barrios Corea (así llamados por coincidir su construcción con la guerra en el país del Paralelo 38). Fueron aquellos barrios pobrísimos y horizontales, pero que se erigieron como excrecencias urbanas y sin servicios para acoger precariamente a la marea de españoles que dejó el campo para acudir a las capitales de provincia en busca de promisión.

El urbanismo franquista está presente en muchos barrios de capitales andaluzas. Pienso en el Zaidín, la Virgencica y el Barrio Fígares en Granada. O en La Hispanidad, en Huelva, levantado por la Obra Sindical del Hogar. En Ellas en la ciudad la mirada de Reyes Gallegos reposa en la lección de dignidad y arrojo que las mujeres de barrios como Parque Alcosa, San Diego o La Oliva impartieron en la construcción urbana –y también sentimental– de lo que en origen fueron terrenos hueros. Todos ellos se reordenaron con asfalto duro y desde patrones masculinos, al servicio del utilitario, para que el marido y cabeza de familia trajera el sustento (esa Fasa-Renault en San Jerónimo, por ejemplo) y la mujer se quedara en casa, labrando un esbozo de vida de hogar en la nada de unos terrenos incultos y desabridos. Con los años la droga haría estragos en los pisos del hormigón.

En el documental se ofrecen genuinas estampas. Sencillas, combativas y con sentido del humor, vemos cruzar a estas mujeres por asfaltos y aceras duras o bien paseando con su carrito de la compra y con sus frescos bambitos (auténtico patrimonio textil de la humanidad). Mal haría uno en caer en el esteticismo de los márgenes o en la mirada esnob y compasiva hacia la vida de estos barrios forjados a sí mismos y que muchos raramente visitamos. De fondo musical, de imagen en imagen, suenan notas de electro-flamenco (Novia Pagana entre otros artistas). Es como el iTunes del extrarradio, donde tampoco le iría mal un poco de cornetería de Semana Santa y algo de trap al ritmo de los márgenes. Los de la periferia también pertenecen a los cielos del Mediodía. Desde el aeropuerto cercano, los vuelos baratos cruzan las autopistas del supuesto ideal ensimismado que nos vendieron.

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