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Enhebrando
NO sé si habrán visto por ahí que en estas fechas se conmemoran los 100 años de la publicación de la obra “Marinero en tierra” de Rafael Alberti. Puede que la primera de muchas efemérides en los aledaños del centenario de la Generación del 27, pues arriba y abajo de aquella fotografía en el Ateneo de Sevilla en un homenaje a Góngora hay una galaxia de libros que irán cumpliendo la misma marca. Casualidad o no, la semana pasada me despertaba escuchando en la radio que la Fundación Rafael Alberti tenía nuevo capitán de barco, Uberto Stabile. Bueno para la fundación. Ya no tanto por aquí. Se nos va un magnífico gestor cultural, en especial en el ámbito de la palabra (cosa bien complicada). Tertulias, ciclos, publicaciones, encuentros,… son muchas las actividades que llevan vinculadas el nombre de Uberto. Posiblemente, la más reseñable de todas sea EDITA, el Encuentro Internacional de Editores Independiente, que durante décadas ha congregado a lo más destacado de las letras españolas de aquí y de allá, fuera de macrocircuitos, convirtiendo a Punta Umbría en una capital de la literatura durante los días que duraba. Desde 1994 ha soplado el viento, y fruto de todo lo recopilado se constituyó el Fondo Uberto Stabile de la Universidad de Huelva, un auténtico paraíso para bibliófilos y apasionados de las curiosidades excéntricas (en el sentido denotativo).
Por mor del destino, el pasado sábado me vi en El Puerto de Santamaría aprovechando para visitar la casa de juventud del poeta gaditano, sede de su fundación. Era la primera vez que recorría sus estancias. Me quedé con buen sabor de boca pero algo corto. Dejé anotado esto en mi memoria para darle tiempo al tiempo, seguro que en nada se nota la mano de Uberto Stabile, quien como poco se merece una avenida por nuestra tierra, una con bulevar y carriles anchos por donde circule bien la cultura, ya sea a pie o rodando.
Por suerte, la poesía sigue navegando en nuestros días. El recién inaugurado Otoño Cultural Iberoamericano se encarga de esto, que nadie se asuste si encuentra vandalizados los escaparates de los comercios del Centro o Isla Chica o si se topa con un recital repentino a cargo de la tripulación de Embarcados: un grupo de poetas que hará mañana sábado la travesía de Huelva a Punta Umbría lanzando sus redes polimétricas. Me habría encantado subirme de polizón a esa embarcación pero otras obligaciones me alejarán de la costa, y, como dijo aquel, “un marinerito en tierra/ alza al aire este lamento”.
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