Huelva despide a un señor de la política

Fue un alcalde que trabajó para todos, un referente que hizo posibles avances decisivos en tiempos de cambio

José Antonio Marín Rite.
M.G
Pilar Miranda

No es fácil encontrar las palabras que puedan abarcar la talla humana y profesional de José Antonio Marín Rite. Figura clave de nuestra historia reciente, primer alcalde de la democracia y presidente de la Autoridad Portuaria de Huelva, nos deja un legado que se mide tanto en obras tangibles como en el afecto y respeto que supo ganarse a lo largo de su vida.

Tal y como me comentaba cuando coincidimos en uno de mis primeros actos como alcaldesa, nos unía el compartir una trayectoria profesional similar, ya que ambos hemos tenido la suerte de ser alcaldes de nuestra ciudad y presidentes de la Autoridad Portuaria, dos instituciones que caminan de la mano para hacer crecer a nuestra amada Huelva.

En el Ayuntamiento, al que accedió en 1979, fue pionero de un tiempo nuevo. Con visión, capacidad de diálogo y sentido institucional, sentó las bases de la transformación urbana y social de la Huelva que hoy conocemos. Rehabilitó espacios emblemáticos como el Gran Teatro y la Casa Colón, impulsó mejoras en infraestructuras básicas y afrontó con determinación retos históricos, como la lucha contra las inundaciones.

En la Autoridad Portuaria, entendió el puerto como motor de desarrollo económico, pero también como espacio de integración con la ciudad. Apostó por su modernización, por abrirlo a nuevas oportunidades y por estrechar la relación puerto-ciudad, un enfoque que sigue marcando la estrategia actual.

Supo, además, construir puentes entre administraciones y fuerzas políticas, ejerciendo un liderazgo cercano y dialogante. Siempre con la mirada puesta en la ciudad de Huelva, fue un señor de la política fiel a sus principios y coherente en sus decisiones.

Haciendo memoria no consigo recordar a nadie que me haya hablado mal de José Antonio, y es por eso que la noticia de su fallecimiento nos conmueve como ciudad y nos invita a mirar atrás para reconocer la huella imborrable que dejó en Huelva. Porque su trayectoria pública estuvo marcada por una visión clara: servir siempre a las personas por encima de cualquier interés partidista.

En los años fundacionales de la etapa democrática, Marín Rite supo ejercer un liderazgo firme y dialogante. Con respeto a las diferencias, buscó acuerdos amplios en un tiempo en el que la pluralidad política se abría paso. No entendía la política como un campo de batalla, sino como un lugar de encuentro. Esa capacidad de tender puentes y alcanzar consensos fue una de sus señas de identidad, y es hoy un valor que, como alcaldesa, echo en falta en la vida pública.

José Antonio fue, en todos los sentidos, un caballero de la política. Ejerció su labor con cortesía, firmeza y una inquebrantable vocación de servicio. Su compromiso, su coherencia y su generosidad son un ejemplo que trasciende ideologías y que nos recuerda que las ciudades crecen cuando se gobierna con diálogo y altura de miras.

Huelva despide a un alcalde que trabajó para todos, un referente que hizo posibles avances decisivos en tiempos de cambio. Su memoria vivirá en cada rincón que ayudó a construir y en la gratitud de una ciudad que siempre le recordará como uno de sus grandes.

Descanse en paz, José Antonio Marín Rite.

También te puede interesar

Lo último

stats