Los viajes al centro

24 de octubre 2025 - 03:05

Al atribulado Feijóo no le faltan invitaciones para viajar al centro. Al contrario que el mañoso Ulises, él preferiría quedarse tranquilo en los brazos de Nausícaa, disfrutando de Corfú y sus encantos. No nos confundamos, los gallegos viajan solo por necesidad y pobreza. Hasta tuvieron que inventarse la morriña para recorrer el orbe sin desancorar el alma. Los que se mueven por el gusto de la aventura son los vascos. Cuando estos se quedan en sus brumosos valles se atontan por la consanguineidad del Rh- y las paridas de Sabino Arana. Pero cuando se abren al mundo brillan como buenos servidores de sus bolsillos y la Corona.

A Feijóo, como decíamos, le gustaría quedarse tranquilo. Que emigren otros. Pero las encuestas y el ambiente no le dan para el inmovilismo. Hay que echarse al camino de nuevo. Es la maldición eterna de la derecha española. Ya lo dijo Alfonso Guerra con lengua de sevillano malaje: “llevan años viajando hacia el centro, ¿de dónde vendrían?”. A Feijóo, como un viajero metafísico, se le bifurca el camino en dos ramales: por un lado, el ya mencionado centro, ese conjunto vacío que algunos aseguran haber avistado alguna vez, como la isla de San Borondón en los mares de la Macaronesia. Históricamente, el centro para el PP consiste, sencillamente, en tragar con las tesis culturales y sociológicas de la izquierda y los nacionalistas y limitarse a vender una imagen de buen gestor (imagen, por cierto, muy tocada debido a los errores sanitarios de su hombre en Andalucía). El otro ramal que puede tomar Feijóo conduce al plus ultra de la derecha, un territorio ya colonizado por Vox, que lo va a defender con arrojo de lansquenete. Mal asunto si nos remitimos a experiencias anteriores.

Por su parte, Sánchez, que de gallego no tiene nada, se mueve con gusto. Y en la dirección que haga falta con tal de mantenerse en el poder: el Partido Comunista, los herederos de ETA, el golpismo catalán de derechas e izquierdas... Ahora bien, de viaje al centro, nada. Eso que lo haga la derecha, que ya sabe el camino de ida y vuelta. Sánchez tiene puesta su brújula hacia la izquierda y el confederalismo. Es un hombre que sabe su camino. En el centro solo le esperan los límites y las instituciones, dos estorbos. Además, nadie se lo pide, porque eso de viajar a la mitad es algo que tiene que hacer solo la derecha, que para eso picó el anzuelo hace décadas.

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