Mi verano griego

08 de agosto 2025 - 03:07

Me monto, como cada año, mi verano griego a lo Hawái-Bombay de Mecano. Es decir, mi verano griego onubense, gaditano o sevillano oyendo las voces extraordinarias de Anastasia, Melina Mercouri, Maria Farantouri o Elli Paspala y a los intérpretes y compositores Mikis Theodorakis, Manos Hadjidakis o Evanthia Reboutsika. Es el universo evolucionado del rebétiko, la música luminosa, azul mediterráneo y cal blanca, feliz y melancólica, tan humana, tan verdadera, tan llena de todos los contrastes que tejen la vida que solo pudo nacer, como el blues, el tango o el fado de una experiencia de marginación y de una vital voluntad de sobreponerse a ella hechas música.

Nació del encuentro, en los años 20 y sobre todo en el Pireo, entre los refugiados griegos y armenios de Anatolia que huían de las matanzas turcas –la Gran Catástrofe de Asia Menor– y los migrantes griegos del interior que huían de la miseria, fundiendo músicas que abarcaban desde Constantinopla y Esmirna hasta Atenas y el interior de Grecia. Creció en los barrios bajos y los ambientes marginales de los que tomó su nombre: rebétiko procede de la palabra griega que designa a un hombre de ambientes marginales.

Declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, ha dado muchos grandes nombres de cantantes, intérpretes y compositores, de entre los que Mikis Theodorakis y Manos Hadjidakis son los que mayor fama internacional alcanzaron gracias al cine y a un mismo director, el estadounidense Jules Dassin que, huyendo de la caza de brujas macartista, desarrolló su carrera en Londres, París y sobre todo en Grecia. Él fue quien en 1960 encargó a Manos Hadjidakis la música de Nunca en domingo y en 1962 la de Fedra a Mikis Theodorakis.

La canción Los niños del Pireo de la primera catapultó inmediatamente a Hadjidakis –Oscar a la mejor música– y a su intérprete en la película, Melina Mercouri –premio a la mejor actriz en Cannes– a la fama internacional. Fedra, también interpretada por la gran Melina, dio su primera fama internacional a Theodorakis, aunque su consagración popular llegó en 1964 con Zorba el griego y su famoso sirtaki.

El 29 de julio se cumplió el centenario del nacimiento de Theodorakis y el 23 de octubre se cumplirá el de Hadjidakis. Este año mi verano griego lo es más que nunca.

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