¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
La nueva España flemática
Conforme han pasado los años lo de elegir el mes de agosto de vacaciones ha ido perdiendo fuelle: sólo el 35?% de los españoles planea sus vacaciones en este mes, según el último informe de ObservaTUR, lo que marca la segunda vez en los últimos años que esta cifra baja del 40?%. Por el contrario, septiembre converge como una alternativa cada vez más atractiva. Durante la década pasada, la media combinada de quienes se tomaban julio y agosto rondaba el 35?%, con el 20?% concentrado en agosto y el 15?% en julio, según el informe de Wolters Kluwer Insights. La tendencia se ha mantenido constante durante diez años, aunque, según Wolters, el tradicional “mes grande” está perdiendo protagonismo porque, lejos de ser un castigo, puede convertirse en un auténtico chollo.
La calma que se respira en oficinas, talleres o comercios permite una mayor concentración y productividad. Las interrupciones se reducen al mínimo y el aire acondicionado es gratis. Moverse por la ciudad es un gustazo: hay aparcamiento y no hay atascos. Pierdes de vista a Álvaro que aún no ha aprendido a usar la fotocopiadora y a Elena que mastica con la boca abierta en el desayuno. Vas al baño sin prisas, dejas de correr por los pasillos como pollo sin cabeza y disfrutas del silencio y la tranquilidad que te dan las vacaciones de los demás.
Todo esto depende del trabajo que tengas, porque si eres sanitario a lo mejor puede ser un suplicio aguantar a los que vienen de suplentes que no saben hacer la o con un canuto. Y si eres policía en Punta Umbría, intenta por todos los medios coger las vacaciones en julio o en agosto porque su población se multiplicará por tres. A más gente, más tontos con el cerebro fundido por el calor.
Si eres abogado o abogada tienes que coger fuerzas en agosto porque alrededor de un 30?% de las rupturas sentimentales del año se concentran en septiembre, ya que en agosto los juzgados están bajo mínimos. No tengo que explicarte por qué hay tantas rupturas en verano, ¿verdad? Muchas horas juntos, planes con niños estresantes, calor, botella de agua vacía en el frigorífico, la familia al completo en un piso de dos habitaciones, los seis euros que cuesta la montaña rusa de Las Colombinas y la poca paciencia que te queda bajo mínimos.
George Carlin decía que “El verano es la época del año en la que la gente actúa como si sudar fuera divertido”, y no puedo estar más de acuerdo. Aunque me quedo con lo que dijo Elbert Hubbard: “Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas”. Vaya usted por la sombra y que tenga un buen día.
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