Nunca sola

Huelva te añora en sus calles, en la catedral, en la novena tradicional y del más puro y devocional sentido onubense

La brisa de septiembre acaricia nuestros recuerdos cinteros. Se acerca el día de la Patrona. Mi devoción mariana llena el corazón de una alegría desbordante. Mi Virgen Chiquita vuelve con añoranzas inolvidables. Pero, Madre, este año todo será distinto. Vivimos la tragedia de un de un tiempo nuevo, distinto, aterrador, bajo la amenaza de lo ignorado, de algo tan sutil que se nos escapa de la mente pero que afecta a la misma vida.

En el año de la pandemia, Huelva te añora en sus calles, en la catedral, en la novena tradicional y del más puro y devocional sentido onubense. Un año, éste, en que la luz refulgente de tu bajada desde el Santuario se hará callada, sin esa escolta cintera de oraciones y cantos al son de los campanilleros. Pero tú, Madre y Señora de Huelva, nunca estarás sola. Huelva está contigo, te acompaña en la casa solariega del Conquero, hecho nido de amor para tus hijos.

Pero los años y las circunstancias pasarán y este amargo recuerdo de hoy se borrará, porque tu cinta de cielo nos acompaña. El año de la pandemia nos acercó más a tí, porque solo en ti, Virgen de la Cinta, está nuestra salvación.

Nuestra fe nos ayuda a vencer todas las tribulaciones y en ese mar espiritual de nuestras devociones estás Tú, Patrona de Huelva y Singular abogada de los marineros.

En estos días tan tuyos de septiembre, toda Huelva es estela blanquiazul, de tu manto, de tu ría y de tu cielo. Nunca estarás sola, porque Huelva es tu pueblo y tu corazón es el suyo. Nunca sola, porque cada suspiro de nuestra existencia es una esperanza que vivifica el alma.

Madre nuestra, desde el Humilladero al Santuario, esa cuesta es el camino que nos lleva hacia ti.

Un nuevo obispo, don Santiago, verá tus ojos de gloria radiantes en la belleza de la devoción de tu pueblo y como los cinco pastores anteriores llenará su corazón en la expresión viva y constante de los onubenses.

Y el Santuario es, este año, la cita para todos nosotros.

Tú, Madre mía, no vendrás a las calles de antaño, pero Tú, estas aquí, como siempre protegiendo a Huelva como alcaldesa perpetua y como patrona de una nave que siempre surcó los mares y amparó a sus marineros, en el amor eterno de nuestra más grande y mejor devoción

Ahora y siempre tu mejor corona es Huelva. Esa Huelva custodiada por tierra y por mar y por encima de todo, por Ti, Reina y Señora de Huelva.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios