Manual de disidencia
Ignacio Martínez
Un empacho de Juanma
El músico apodado Sting sale de gira mundial con unos increíblemente espléndidos 74 años, y pasa por Chiclana (Cádiz), Málaga y Sevilla. El que fue líder absoluto del revolucionario –disruptivo, dicho en jerga MBA– The Police compuso en 1980 un tema que nos dejó, como tantos otros, con las orejas desabrochadas y el cuerpo juncal desatado: No te acerques tanto, valga la traducción. Hablaba de un profesor y una alumna escolar que se enamoran. Por comparar aquellas letras a otras sin pretensiones, como las de Bad Bunny, una frase dice, refiriéndose a los dedos de directores y otros profesores que lo señalaban por lo inaceptable, “empieza a toser, empieza a temblar, como el tipo viejo del famoso libro de Nabokov” [Lolita].
¿Tan viejo debió parecerle a Sting el profesor suizo con el extraño nombre de Humbert Humbert de la novela o, sólo vio la película de Kubrick con James Mason; mejor, y duele aclararlo, que el remake con Jeremy Irons haciendo de Humbert? El personaje de ficción tenía 42 añitos cuando murió, y me van a permitir ustedes el espóiler pero, si es el caso, iban ustedes tarde: unos 32 menos que Sting ahora, tío güeno fijo del escalafón. Al saber de su gira y verlo anunciado, me ha llamado la atención, porque unos amigos y yo, apenas universitarios, habíamos visto la película que de Lolita realizó Kubrick. James Mason tenía aspecto mayorcito, sí. Pero no hubiera dicho de él “viejo”, ni con la ayuda del blanco y negro y en el San Vicente, sala de arte y ensayo años hace décadas demolida. Hoy, probable noria de turistas de usar y tirar.
Hay que tener en cuenta que los Police tendrían algo menos de 30 añitos. Pero no eran lerdos. No confunden al profe cantado con Humbert, sólo comparan sus estremecimiento y culpa. La primera frase dice “Young teacher the subject of school girl fantasy”: “El joven profesor, la asignatura de la de la colegiala”. El pintor Pablo Lanuza, revelador de libros y mentor de cinefilia, me sigue llamando Young Teacher al encontrarnos, aunque, cuando migré a profesor me quedaba poco para los 30. Pablo me mantiene el “young”, y ya tengo cumplidos todos mis deberes cotizantes, aunque no pienso dejar la tiza hasta los 70, y es que no veas lo que se aprende y disfruta en una facultad, sobre todo si das en el último curso.
Rico, no te haces. Como decía otro joven, por fuerza ya añoso; no recuerdo quién: “Ni falta que me importa”.
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