Jubileo LGTBQ+

07 de septiembre 2025 - 03:09

Este fin de semana, mientras en dos de los templos jubilares de la diócesis de Huelva se celebran sendas festividades, la de la Reina del los Ángeles y la de la Virgen de la Cinta, se ha celebrado, en Roma, el Jubileo de las personas LGTB, acto en el que miles de personas han participado en numerosas actividades como la misa presidida por monseñor Francesco Savino, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, una reunión en la Casa General de los Jesuitas y una procesión a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Los actos han estado precedidos por una audiencia privada del Papa León XIV con uno de los organizadores del evento, el sacerdote James Martin.

El Papa Francisco abrió la puerta al reconocimiento de la dignidad de la comunidad LGTBQ+ dentro de la Iglesia y parece que León XIV quiere seguir esa linea. De ahí la celebración de actos como el de este fin de semana, pero, también, la autorización a las personas transgénero para ser bautizadas y servir como padrinos y madrinas o de las bendiciones de parejas del mismo sexo. Es una alegría que los papas inicien este camino y es una alegría aun mayor que haya tantas personas dentro de la Iglesia empujando en esa dirección.

Esperemos que todo esto conduzca a cambios todavía más profundos que impliquen que, entre otras cosas, en el seno de la Iglesia y en cualquiera de sus estamentos, nadie tenga que esconder su condición, sea esta la que sea, y que esto no impida el acceso a cualquier ministerio o a que las parejas homosexuales sean reconocidas con las mismas condiciones que las heterosexuales, matrimonio incluido, si es lo que quieren.

Esperemos, sobre todo, que estos cambios no se queden en el Vaticano, se trasladen a todos los niveles de la Iglesia —diocesano, parroquial…— y veamos como van desapareciendo prácticas como las terapias de conversión, las reprimendas públicas o privadas o los castigos como la exclusión de las listas de profesores de religión a quien exprese su condición LGTBQ+ o a quien muestre su apoyo a esta comunidad.

Y esperemos que ese atravesar la puerta jubilar implique el reconocimiento del daño infringido por tanto jerarca eclesial a lo largo de la historia, no sólo por haber entorpecido esos avances, si no por haber alentado las posturas más homófobas de la sociedad y la persecución contra las personas que se salían de “la norma” cishetero.

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