La importancia de los detalles

Tradicionalmente, todos los gobiernos han atendido más y mejor a las comunidades por encima de Despeñaperros

Un interés común es el de tratar de descubrir qué hay detrás de las conductas abiertas de nuestros semejantes, entre otros motivos, porque lo puesto de manifiesto puede ser falso y no suele gustarnos que nos engañen. Pero el que lo que se nos muestre sea verdadero no significa que de ahí se pueda conocer todo lo que piensa o sienta el emisor. Es posible que sólo sea una pincelada de algo más profundo, con lo cual nos vemos abocados a inferir, una operación que tiene sus limitaciones, como es un mayor riesgo de equivocación. No obstante, cuando algo nos lo repite más de una persona podemos aventurar que es probable algún grado de certeza en lo que deducimos. Digo todo esto a raíz de la noticia difundida días pasados en la que se recogía que el ex alcalde socialista de San Sebastián, Odón Elorza, le había espetado a una parlamentaria que para ser andaluza era más educada que él. En una primera aproximación podría pensarse que lo ocurrido es anecdótico. Sin embargo, no lo es; no ha sido la primera ni será, por desgracia, la última vez que alguien exprese algo despreciativo hacia lo andaluz. Nos han llamado y dicho de todo, como vagos, juerguistas, exagerados, charlatanes, vivos -en el mal sentido-, supersticiosos, fanfarrones… y, por supuesto, que hablamos fatal. Hay quienes opinan que estos estereotipos o clichés son tonterías; pero, en realidad, no lo son, especialmente porque no son casos aislados y eso es indicativo de algo. Esos detalles negativos tienen su importancia porque condicionan a quienes en ellos creen en sus actitudes, decisiones y comportamientos específicos hacia nuestra tierra y la inferencia que puede extraerse de esa reiteración de calificativos es la de que hay una minusvaloración global de lo que procede de Andalucía por parte de determinados sectores y que tal valoración tiene sus repercusiones dañinas, tanto sociales como políticas. Obviamente, no es que sea la única comunidad que la sufra pero es de las que más. Eso ha conducido a que tradicionalmente todos los gobiernos hayan atendido más y mejor a aquellas situadas por encima de Despeñaperros. Véanse al respecto las inversiones de todo tipo. Por otro lado, se acaba de informar que las diferencias observadas en los sueldos medios mensuales brutos por comunidades en 2016, nos sitúan a la cola, junto Extremadura, Murcia y Canarias, con aproximadamente 550 euros por debajo del País Vasco. ¿Es una casualidad? ¿Es que son verdad esos tópicos mencionados y así nos va? No, pero los sufrimos.

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