José Antonio Vieira

La avenida Federico Mayo

Las casas de los patios de la avenida Federico Mayo, cumplen setenta y tres años. Sus primeros moradores, aunque aún quedan algunos, ya no están con nosotros. Esta avenida, aunque, quizá por modestia nunca presumió de nada, también es un barrio cofrade, muy cofrade. Una avenida, que surtió de costaleros a muchas hermandades y, que vio muchos ensayos costaleros de sus hermandades y en la que actualmente existe una casa de hermandad; la de Los Estudiantes.

Federico Mayo es muy de sus hermandades, tanto de Los Mutilados como la de Los Estudiantes. Una avenida que tiene su pellizco mágico y que, todos los años goza y disfruta viendo a esa correntía de costaleros que quieren sacar a nuestro Patrón San Sebastián. Una avenida, que cuando se pone a contar batallitas es capaz de recordar aquella banda de legionarios romanos que acompañaba al Cristo de la Victoria, o a esas bandas de otros tiempos que, año tras año, acompañaron al Cristo de la Sangre. Y es que, aunque parezca mentira y muchos no lo sepan, hasta 1980 el Cristo de los Estudiantes iba acompañado de una banda de música. Federico Mayo es especial y máxime cuando se pone a hablar de sus cosas con el Barrio de las Bolas, donde tantos buenos cofrades vivían y siguen viviendo.

Federico Mayo y el Barrio de las Bolas, pueden parecer dos realidades distintas, pero realmente, son lo mismo, al menos para los que hemos crecido en esa Huelva del entorno a la Parroquia de San Sebastián. El barrio disfrutaba cuando el camión del Ayuntamiento descargaba las maderas de la rampla para poder sacar los pasos. Si, rampla, que así siempre se le llamó en Huelva. Una estructura de madera que tenía hasta su propio soniquete cuando los costaleros de las dos hermandades del barrio, las dos hermandades de la parroquia racheaban por ella. Una rampa que en los días previos a la Semana Santa era un verdadero parque temáticos para la chiquillería del barrio que, con una destreza a la hora de correr por sus travesaños, no la superaba ni el propio Orzowei.

Barrio este, que otras hermandades de parroquias cercanas incluían en su itinerario porque, Federico Mayo es esa avenida bisagra, que divide la Huelva del centro de la Huelva de los nuevos barrios, que se levantaron por la zona de la antigua carretera de Sevilla, que así se llamaba la actual avenida Federico Molina.

Federico Mayo es el barrio del Agromán, el que todos los años se ennerviaba esperando a los Reyes Magos que llegaban en un gris Land Rover, para visitar a los niños del Hospital Manuel Lois.

Federico Mayo es un barrio con alma. Un barrio cofrade, un barrio con historia. Ya sus vecinos más ilustres, sus vecinos de aquellos primeros ayeres no están con nosotros, pero, el barrio sigue siendo muy auténtico, como si fuera una gran casa de vecinos y, tan es así, que aún perdura ese azulejo de la Virgen del Rocío que estuvo en aquella emblemática calle Enmedio.

La avenida Federico Mayo es especial. Es muy de Huelva y muy cofrade…. La avenida Federico Mayo es mi barrio.

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