50 aniversario de la independencia

Fernando Barranco Molina / Ingeniero Técnico Municipal. Ayuntamiento De Punta Umbría

Los alcaldes de Punta Umbría antonio gil hErnández

Es frecuente en política que algunos cargos recojan el fruto del trabajo del anterior en su mismo puesto, eso es así y por ello el recién designado primer alcalde de la independencia, nombrado en el primer pleno de esta época que comienza el 26 de abril de 1963, empezase inaugurando obras y luego él comenzase a proyectar la nueva Punta Umbría con frutos que los siguientes alcaldes iban a recoger. Así pues, el 18 de julio del 1964, Antonio Gil Hernández inaugura junto a don Manuel Fraga Iribarne la nueva carretera a Punta Umbría. El Sr. Fraga era por entonces ministro de Información y Turismo. Esta obra es fundamental en la historia del pueblo ya que por primera vez llega el ruido, llegan los coches y llegan los autobuses, en definitiva, llega la civilización. Las calles no están preparadas aún, hay que adecuarlas, se preparan algunas para que puedan pasar los primeros vehículos, calles de zahorra, calles de albero y calles de aglomerado asfáltico como la llamada carretera industrial. Hasta entonces sólo se podía viajar a Punta Umbría en barcos o en la canoa de pasajeros que hacía el recorrido de manera regular.

La visita del ministro de Información y Turismo nos dejó una magnífica anécdota, pues vino prometiendo mucho, hablando de grandes proyectos, declarando Centro de Interés Turístico Nacional El Portil y diciendo que Punta Umbría era la reserva turística del sur de España, a lo que Antonio Gil le respondió: "¡A mi de cuentos nada mi querido amigo...!" Esa frase del alcalde era muy utilizada por él cada vez que alguien se andaba por las ramas. Era una persona eminentemente práctica, siempre quería hechos y pocas palabras.

Antonio Gil Hernández había sido nombrado alcalde-presidente por el gobernador civil de la provincia, don Hernán Pérez Cubillas, que había confiado en él por ser un hombre solvente, un hombre bueno, un hombre con imaginación, una persona querida por el pueblo. A Antonio se le conocía en el pueblo con el apodo de El Chinguito y era muy espléndido. Cuentan que en la Cafetería Pelayo de Huelva junto al Gobierno Civil, se reunían todos los alcaldes cuando el gobernador los citaba para alguna reunión y él pagaba absolutamente todo y siempre. En aquella época los alcaldes no tenían sueldo, eran cargos sin retribuir, los alcaldes ejercían simplemente por amor a su pueblo, era un trabajo para y por la sociedad en su conjunto.

Antonio emprende el camino para poder urbanizar y construir, comienza con los preparativos urbanísticos que den viabilidad a todos los proyectos que tiene en mente. Así en esa legislatura se construyen los edificios en altura, Altair y Everluz para que puedan veranear, según sus propias palabras, las familias menos pudientes, pero no obstante otorgó muchas concesiones a familias con buen nivel adquisitivo incluso a muchas personalidades. Pero la operación más importante de su mandato fue la llamada Operación de Conjunto, que era conceder 400 parcelas para construir viviendas a familias a las que se le facilitaba el suelo y el proyecto, redactado por los técnicos municipales, el arquitecto don Juan Miguel Rodríguez Cordero y el aparejador don José María González Azcona, compañero de quien esto escribe durante muchos años y de quien tanto aprendí.

La Operación de Conjunto es la que hoy conocemos como Barriada de San Sebastián, con entramado precioso de calles peatonales que le costó a nuestro alcalde muchos disgustos y sinsabores ya que el delegado provincial de la Vivienda, don Sixto Vera se opuso de manera rotunda y gracias al tesón de El Chinguito por fin se llevó a cabo pues el gobernador hizo doblegarse al mencionado delegado.

Muchas veces se tuvo que poner la corbata (que era lo que más odiaba) para ir a Huelva a ver a las autoridades provinciales y conseguir cosas para su pueblo.

Hay una anécdota muy simpática de su talante como persona, cuentan que unos sobrinos suyos hicieron una travesura amparándose en ser sobrinos del alcalde y cuando este se enteró, los llamó para reñirles y les dijo: "Esto es la primera y ultima vez que ocurre, que sepáis que el alcalde no tiene sobrinos, yo seré vuestro tío Antonio. Yo seré el hermano de vuestro padre, pero el alcalde no tiene familia, así que ya lo sabéis...".

También hizo muchas obras de infraestructura, muchas obras de redes de agua, redes de alcantarillado, muchas obras de esas que no lucen porque luego se tapan y se quedan enterradas, pero que sin duda eran necesarias porque en Punta Umbría estaba todo por hacer.

El secretario del Ayuntamiento era don Manuel Muñiz que asesoraba perfectamente a nuestro alcalde pero un problema entre el letrado y el secretario general del Gobierno Civil Sr. Minaya, hizo que nuestro secretario dejase la plaza que ocupaba.

Las relaciones entre ambas instituciones se tambalearon y eso unido a un rumor malintencionado hizo que el bueno de Antonio Gil Hernández fuese destituido por sorpresa.

Antonio fue alcalde durante siete años, desde el 26 de abril de 1963 hasta el 2 de julio de 1970 que firmó su renuncia.

Al menos, por fin, se liberó de llevar siempre la corbata en el bolsillo preparada por si era necesario ponérsela de inmediato.

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