Desde la ría

José María / Segovia

Recuerdo Marista

04 de febrero 2016 - 01:00

HACE unos días me llegó la triste noticia del fallecimiento de un hermano Marista que durante muchos años estuvo vinculado a Huelva. Llevaba ya años mal, aguantando los achaques de la vejez con toda entereza y siempre con un afecto a sus alumnos y a los que no lo fueron pero profesaba una gran amistad en el tiempo. Se trata del hermano Mateo. Fue unos de los últimos que estuvieron en Huelva, en el proceso de desaparición de la comunidad Marista en Huelva.

La verdad es que a muchos nos cuesta trabajo pensar, después de tantos esfuerzos realizados y de los que particularmente fui testigo, que los hermanos Maristas ya no estén en Huelva. Me dijeron que uno de ellos continuaba en nuestra ciudad. No lo sé. Me refiero al hermano Esteban, una gran persona que se entrañó con Huelva de una forma maravillosa. Durante cerca de veinte años estuvo realizando, como todos los demás, su misión de educar y enseñar a las jóvenes generaciones de onubenses en la línea del trabajo, el respeto, el estudio y sobre todo, afortunadamente en la formación religiosa. Esteban además es un gran artista, pintor, y muestra de su arte son las pinturas que han quedado en la capilla del colegio. Pinturas murales de gran evocación, no faltando la figura de san Marcelino Champagnat, el fundador de la orden marista. No hace mucho expuso en uno de los salones de la Casa Colón con gran éxito.

Ahora, la marcha del hermano Mateo a la vida eterna nos llena de pesar, pero en la alegría de que Dios le habrá premiado sus esfuerzos, siempre dedicados a los demás.

Durante muchos años, los Maristas serán noticias vivas de una Huelva en el recuerdo de cuantos tuvimos la suerte de educarnos en sus aulas y pertenecimos a las promociones más antiguas desde su llegada a Huelva. Existe una Asociación de Antiguos Alumnos, a la que le deseamos la mejor suerte y entusiasmo en conservar la llama viva de lo que esta congregación religiosa significó en la vida docente y formativa en la religión en nuestra ciudad.

Hace años, en mi libro La pasión de enseñar, sobre la historia de los Maristas en Huelva y las vicisitudes y sacrificios del Colegio Colón, dejé las huellas de su vida, actuaciones y entrañamiento con la ciudad, que rotuló una calle con su nombre. Los nuevos tiempos van borrando el pasado, pero quedan los escritos, los libros, la tradición. Y sobre todo, el recuerdo agradecido de los onubenses; de manera particular, los que fueron antiguos alumnos que, a través de los años, pasaron por los colegios sitos en la calle Palos, La Fuente, Isaac Peral, San Andrés y, hoy, en la Obispo Cantero Cuadrado, que por cierto también fue antiguo alumno Marista.

Sé que muchos sentirán la muerte del hermano Mateo y que le recordarán con afecto, elevando oraciones por el eterno descanso de su alma. Los hermanos Maristas son parte de la historia de Huelva.

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