
El mundo de ayer
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memorias de puntaumbria
SI hay en Punta Umbría una persona enamorada de esta pueblo y de esta playa hasta límites insospechados, ese es José Morales Rodríguez, conocido como Pepe Morales. Aunque a él le hubiese gustado llamarse, como él mismo dice, Pepe Cerrito Canaleta.
El bueno de Pepe ha hecho de todo en esta vida, es polifacético. Ha sido atleta, incluso llegó a emprender una carrera hacia Madrid para dar a conocer su pueblo, para que su pueblo apareciese en la prensa y Punta Umbría fuese noticia nacional.
Con posterioridad montó un restaurante que sin duda llegó a ser el mejor de Punta Umbría. El Restaurante de Pepe Morales estaba situado en la calle Ancha y era una cita obligada en la gastronomía de la provincia de Huelva. Todo el que venía de fuera pasaba por su terraza, que era muy agradable por la forma en que la tenía puesta y, desde luego, sus manjares no tenían rival. Tanto fue así que se puso de moda y venían a comer expediciones desde Sevilla, siendo lugar de reuniones y citas de gente muy famosa: políticos, artistas, toreros... hasta el punto de que compró un libro de visitas donde firmaban todos los que por allí pasaban. Y ese libro, que él guardará sin duda muy celosamente, debe ser una reliquia.
Las exquisiteces que allí se preparaban siempre estaban bañadas de puntaumbrieñismo, "gambas y langostinos de la ría de Punta", "chirlas de Punta Umbría sobre cama de algas de las marismas de la isla de Saltés", "lenguados del fondo de nuestra ría a la plancha", "coquinas de nuestra playa al ajillo", y así, todo, incluso su nombre, llegó a aparecer en los libros de gourmet más importantes del país.
Pepe siempre fue, y sigue siendo, un embajador de nuestro pueblo. Allá donde vaya lleva el nombre de Punta Umbría por bandera. Y hablando de bandera, hace sólo unos días lo hemos visto en una fotografía en la prensa, recorriendo el camino de Santiago como un peregrino, envuelto en la bandera de nuestro pueblo, esa bandera que tuve el orgullo y el honor de diseñar y que nos representa a todos los puntaumbrieños.
Pero no queda ahí lo que Pepe hace por este pueblo. Ya hace unos años ideó algo para que la Laguna de El Portil fuese visitada. Y aunque sólo fuera por curiosidad, nunca fue tan visitada esa joya de nuestro término municipal.
Temo que se me olviden cosas de las que hizo, o de las que hace, pero es seguro que se me van a olvidar porque son muchísimas sus ocurrencias, siempre en favor de esta tierra, a la que adora y de la que sólo vive por ella.
Como estoy escribiendo estas breves referencias sobre personas importantes o personas que han aportado para que este pueblo tenga ya la categoría que ha adquirido, el amigo Pepe no podía faltar en esta mi galería porque, sin duda, él con su humildad es más que digno de estar entre los puntaumbrieños de pro.
Durante unos años trabajó en la Oficina Municipal de Turismo desarrollando una magnífica labor en defensa, como siempre, del papel de Punta Umbría y siendo un eficaz apoyo al alcalde José Hernández Albarracín en la organización de los eventos que aquí se preparaban: la Feria de la Gamba, la Feria de la Chirla, la Feria del equipamiento de Playa y Urbano (Feplamur), que llegó a atraer a visitantes de toda España durante unos días, como así mismo fabricantes y expositores de los más variados lugares.
Su último invento ha sido embotellar en pequeños recipientes "arena de oro" de nuestra playa. Son pequeñas botellitas de varios tamaños con arena y agua de la playa de Punta Umbría y que se venden en hoteles y otros lugares como recuerdo para los turistas de su paso por aquí y que llevan en el cuello un trozo de nuestra bandera local. A mí personalmente Pepe tuvo la gentileza de regalarme una de cada tamaño.
Así es Pepe Morales. Ese es nuestro amigo que, aunque mucha gente lo conoce, no sólo en Punta Umbría sino en toda España, es bueno que quien no lo conozca o lo conozca poco, sepa que es un auténtico embajador de nuestra playa, de nuestra ría, de nuestras marismas, de nuestros enebrales, de nuestra laguna, de nuestra gastronomía, de nuestra Canaleta y de nuestro Cerrito, que como él muy bien dice, podría llevar esos topónimos por apellidos.
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