Milenarismo

El cambio climático es un fenómeno muy real y no es para nada un invento fabricado por charlatanes ecologistas

Hoy mismo han nacido 322.645 personas en el mundo. Bueno, la cifra no es exacta porque cambia a cada décima de segundo. La última vez que miré el contador -existe un contador en la página web Worldometers.info- eran 322.952. Y cuando lean estas líneas serán cien o doscientos mil nacimientos más. Ahora mismo, la población mundial es de 7.723.418.254 habitantes (añadan doscientos mil más por el tiempo trascurrido entre el momento de escribir y el momento de leer esto). De estas cifras, por supuesto, casi nadie habla. En cambio, la ONU acaba de recomendarnos comer menos carne para evitar el cambio climático. Que quede claro que el cambio climático es un fenómeno muy real y que no es un invento fabricado por charlatanes ecologistas. Ahora mismo me asomo al balcón y el termómetro marca 38º, cuando lo habitual en esta parte del mundo eran cuatro o cinco grados menos. Ahora bien, ¿puede afirmarse alegremente que el cambio climático se debe a que comemos demasiada carne, o bien se debe a que el aumento vertiginoso de la población mundial está cambiando las condiciones de vida en este planeta?

La pregunta es interesante, sobre todo si pensamos que hay un nuevo milenarismo que se manifiesta en forma de un perverso sentimiento de culpabilidad que nos lleva a culparnos de todos los desastres que ocurren en el mundo. Y sobre todo si pensamos también que hay expertos que viven muy bien alimentando el histerismo y el sentimiento colectivo de culpabilidad. ¿Se puede obligar a comer menos carne a los empobrecidos habitantes de África, esos que ya tienen que soportar sus escuálidas dietas? ¿Y se puede condenar a la ruina a las explotaciones ganaderas de medio mundo, en Argentina, en Brasil, en buena parte de Europa? ¿Y qué se nos ofrece a cambio? ¿Qué clase de dieta? ¿Y quién puede pagarla, suponiendo que exista una dieta menos destructiva?

Repito que el problema del cambio climático es muy real y que el aumento de temperaturas nos afectará muy pronto. De hecho, las reservas de agua ya se están agotando en nuestro país y a estas horas están ardiendo grandes extensiones de bosques en Siberia y en Canadá. Pero ¿se puede atribuir el cambio climático a un fenómeno tan simple como el consumo de carne? ¿Son las cosas tan sencillas? Por favor, no me hagan reír, y menos ahora, con estos agradables 38º que marca el termómetro.

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