La esquina
José Aguilar
Yolanda no se va, se queda
LA semana pasada el secretario de Organización del PSOE mostró su preocupación porque el PP "está rozando ya casi el extremo de la derecha". Que se no preocupe. Se lo digo por su bien, para que se relaje. Es evidente para quien lea varios periódicos, y no sólo un periódico-espejo en el que mirarse como la bruja de Blancanieves preguntándose quién es más progre que él, y para quien no sea perezoso moviendo el dial de la radio en vez de dejarlo fijo para oír el eco de sus propios prejuicios, que el PP no corre peligro de rozar la extrema derecha. En España, de momento, no tenemos un Frente Nacional. Ni como partido autónomo ni como tendencia dentro del PP. Más bien en estos últimos tiempos el PP parece decidido a tirar por la borda, o poner entre paréntesis, algunas marcas tradicionales del conservadurismo español para representar la moderna derecha consumista, agnóstica, pragmática y neoliberal (otra cosa son sus corruptelas y torpezas: mañana trataré de la wertgüenza). Sé que es duro renunciar al chollo de descalificar a los populares como fachas, franquistas y extrema derecha. Pero esta teta sectaria ya no da más leche fascista por mucho que se la estruje.
Lo que sí tenemos es una floración de partidos de extrema izquierda, antisistema o radicales con los que el PSOE está tonteando demasiado. Preocúpese el señor Luena de lo que pasa en su propia casa, de lo que hacen los socialistas en Navarra, en Cataluña, en Madrid, en Valencia, en Extremadura, en Sevilla o en Vitoria. Porque parece más perceptible una estratégica tentación frente populista en el PSOE que una tentación frente nacional en el PP.
El señor Luena también dijo que los españoles quieren que primero se limpie el PP y luego limpien otras cosas, porque "se ha visto con el caso Púnica que este partido está de corrupción hasta las trancas". Andalucía también existe, señor Luena. Desde luego que existe la Púnica. Desde luego que el PP está de corrupción hasta las trancas. Pero también existen los ERE y los cursos de formación, también hay ex presidentes y altos cargos socialistas imputados, también el PSOE está de corrupción hasta las trancas. Por los tanto, al igual que sucedía con lo del "extremo de la derecha", ocúpese el señor secretario de la corrupción en su partido, deje que el PP se ocupe de la suya y permita que la justicia se ocupe de la de ambos. Con reconstruir el PSOE ya tiene bastante tarea.
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