El lanzador de cuchillos

'Catalunya', Cataluña, España

'Catalunya' propugna el europeísmo si su idea de Europa contribuye a debilitar la nación española

C abomina de España y de sus símbolos, que considera desfasados, retrógrados y poco democráticos; paradójicamente, en Catalunya se tiene por moderna la exaltación de la identidad propia, de las tradiciones y de los himnos. Los soberanistas menosprecian la bandera española, pero profesan a la estelada una veneración cuasi religiosa. Para ellos, España es artificial y obligatoria; no existe, sino que se ha creado para oprimir a las naciones preexistentes. Desde Catalunya, curiosamente, no dudan en impulsar políticas imperialistas hacia territorios vecinos con identidades y personalidades propias. Para Cataluña, sin embargo, España no es un mero concepto administrativo, un invento del poder centralista: los ciudadanos catalanes, libres e iguales, creen en una España hecha de gente, historia y sentimientos comunes. Cataluña tiene espíritu europeo y está orgullosa de las altas cotas de libertad alcanzadas en el ámbito político y cultural. Catalunya propugna el europeísmo si el fortalecimiento de la idea de Europa contribuye al debilitamiento de la nación española.

El independentismo propugna la oficialidad internacional de las selecciones deportivas propias: quiere obligar a los deportistas a elegir entre España y Catalunya; pero aunque el Barça haga grandes proclamas, ninguno de sus dirigentes ha sugerido jamás la posibilidad de abandonar el escaparate que suponen las competiciones españolas, que una cosa es la llibertat y otra disputarle el partido del año al Roda de Bará. Y además, para eso está la teoría del "Estado libre asociado" que propuso otro ilustre iluminado, el lehendakari Ibarretxe: "Libres para lo que nos vaya bien y asociados para lo que nos venga de puta madre".

Catalunya es plúmbea, egoísta y resentida; Cataluña es mediterránea, abierta y solidaria. Los catalanes se rigen por el seny, el sentido común; en Catalunya se levanta cada día un monumento a la sinrazón. Catalunya vetó al Rey la víspera del 1-O; los catalanes se han levantado este 12 de octubre -como hicieron hace tres años- dando vivas a España y a Felipe VI.

Coda: el día que Rafael Nadal, orgulloso español oriundo de lo que el nacionalismo considera "paísos catalans" igualó a Federer como tenista con más victorias en torneos de Grand Slam, el Ministro de Deportes del Reino de España (de lo que queda de reino y lo que queda de España) decidió mandar a París a un subalterno. Es evidente que el Gobierno de Sánchez, como el del inhabilitado Torra, no pierde una sola ocasión de maltratar los símbolos nacionales.

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