Hacia el año 430 a.C. una gran plaga devastó Atenas. Tucídides nos detalla en su relato que "los hombres se volvieron indiferentes a cualquier regla de religión o ley". Dicen que el mismo historiador contrajo la enfermedad y logró superarla. Las personas habían dejado de temer a la ley, su única ley era la muerte. Cuentan que, durante la pandemia, los hombres dejaron de comportarse noblemente, actuaron con soberbia, con vandalismo, descuidaron todas las formas y criterios. Muchos de los muertos fallecieron solos, se apilaban los unos con los otros y se enterraban en fosas comunes, muchas veces se quemaban. Las funerarias no daban abasto.

La historia siempre se repite, como podemos comprobar. Y como actos de vandalismo la estatua de Miguel de Cervantes en San Francisco (California), apareció con pintadas en rojo, y entre las palabras que se podían leer figuraba "bastard", bastardo. Ya escribía Cervantes en El Quijote: "En este mal mundo que tenemos, donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería". Detrás de todo este proceso, porque es un proceso y no podemos olvidarlo, se encuentra la ignorancia y la incultura. Los que pintan y derriban estatuas deberían leer un poco más y admitir la cultura en sus vidas, unas vidas repletas de incultura. Una incultura como la que representa Podemos, que "invita" a esos derribos sin conocer la historia de Estados Unidos y sin saber que las mayores masacres de esa nación las cometieron los antecesores de estos que hoy realizan esos actos imperdonables. Pedir la "revisión crítica de pasado" es una auténtica imbecilidad, señora Montero.

Eso de divide y vencerás se está convirtiendo en un hecho, aunque nos pese a algunos. Hay una buena parte de la sociedad que actúa como bastardos, de la misma manera que hicieron aquellos atenienses en el año 430 a.C., cuando no veían más salida que la muerte, más presencia que su propia desaparición. También escribió Cervantes en El Quijote: "Así que no está la falta en el vulgo, que pide disparates, sino en aquellos que no saben representar otra cosa", y también: "Si, por ventura, llegares a conocerle, dile de mi parte que no me tengo por agraviado: que bien sé lo que son tentaciones del demonio". Como dijo Platón "la ignorancia es el mal de los ignorantes".

Ah, lo olvidaba, no se olviden de utilizar la mascarilla. Dicen que nos protege, aunque lo que no mencionan es que con ella aspiramos nuestra propia mierda. Algo de bastardos se nos está quedando.

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