El parqué
Índices limitados
Hay que respetar los momentos. Un descenso a la cuarta categoría es traumático, pero se mantiene el estatus de sensibilidad en el recreativismo tras pasar el enfado por el desenlace de una temporada catastrófica. Y aquí hay que valorar la retrospectiva de que los males también sanan. Y es que voy por la calle observando cada vez a más personas con la camiseta de su “Recre de su alma” como parte fundamental de apoyo a las señas de identidad.
Y en especial es muy de mi gusto que la mayoría son jóvenes con arraigo, que garantizan energía, vigor y frescura. Por tal motivo la campaña de abonados debe premiar la fidelidad de su gente. Si echo la vista muy atrás, allá por mis inicios en la profesión en el desaparecido Diario Odiel, temporada 1980-81 con Roque Olsen de entrenador, veía en el Municipal de la Isla Chica a una afición veterana, que sembraba mis dudas de futuro entre los desencantos de un club frenado.
Y aquí lo más obvio era que cuando se terminara por ley de vida esta generación, que ha prestado mucho tiempo sus servicios, la interrogante ¿veremos que está por venir? Desde la inauguración del Nuevo Colombino se potenció una manifestación súbita de emociones con un desarrollo vertiginoso, que de manera paralela ha mantenido el estado afectivo del ánimo desde la pasión de los padres y abuelos entre sucesiones de descendientes, que es un placer verlos que asisten todavía con entusiasmo y orgullo a los partidos superando sus problemas y discapacidades físicas. El Decano tiene el gol de la sostenibilidad en su propia casa.
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