El Decano se pone el traje de la ilusión de Arzu

La fábrica verdiblanca al rescate, siendo el nexo más directo en todos los apartados desde el cambio de dueño. Arturo García Muñoz Arzu con currículo de jugador, la experiencia del fútbol base y con mérito de becario que espera doctorarse en una universidad de nivel llamada Decano. Y es que desde la puesta en escena de la nueva propiedad la caída libre fue brutal hacia la Segunda Federación, sin efectos el parcheo de refuerzos inútiles en el mercado invernal, siendo el talón de Aquiles las designaciones de técnicos, tras ser ejecutado Abel Gómez, un incapaz Íñigo Vélez y la alternativa a la heroica del inexperto Raúl Galbarro generando así la primera crisis tras el golpe de efecto inicial.

Y la apuesta de Pedro Morilla se ha diluido dejando un equipo sin alma y sin criterio de juego, que quebró la paciencia de una afición que no tiene precio. Si hay cambios es una señal evidente de que existen problemas, según la teoría de Roberto Ríos, en principio contrario a decisiones drásticas, pero los resultados mandan por encima del vínculo y afecto a las personas certificando así la segunda crisis de 2025.

A veces el fracaso es un paso firme para el siguiente reto en el plan general, siempre reconociendo los errores. Arzu ha puesto en marcha el acelerador porque tiene que rectificar, enseñar, convencer y ganar en tiempo récord teniendo un calendario apretado a corto plazo. El Águilas, un imprevisto líder que vuela como depredador, examina sus primeros apuntes. Y el recreativismo espera que Arzu sea el aguijón que provoque el despertar del equipo.