La campaña de abonados, entre anhelos y esperanzas

Las secuelas de una temporada decepcionante deja un escenario muy abierto en lo que respecta a la captación de la campaña de abonados. Si bien no existen unos parámetros que relacionen éxitos, recelos y fracasos entre la planificación y el termómetro del estado de ánimo de la afición, no es lo mismo la repercusión positiva de un ascenso, que enlazan euforia y la adhesión fervorosa, que asumir el golpe de sentimiento grande de tristeza de un descenso de categoría.

El Recreativo espera y desea que la situación actual deportiva, en el regreso a la cuarta categoría del fútbol, no repercuta en la seducción de su gente. Adrián Fernández, su presidente, apoyado en el lema “Donde el fútbol empieza” pone toda su ilusión en acercarse a los 14.000 abonados por el esfuerzo económico de su sociedad mercantil en la compra de la entidad, que sería el mayor hito del fútbol mal llamado clase amateur.

Y es necesario reflexionar tras los acontecimientos en los últimos meses para saber de “dónde venimos”, al margen de la reputación del recreativismo como centro de todo. También hay que recordar que hace dos temporadas estando en la Segunda Federación dejando los suburbios de la Tercera se llegó a 10.341 abonados. La apertura telemática fue baja (1.889) y ahora se espera el impulso de renovaciones y altas de forma presencial (cinco días subiendo hasta 3.000). No obstante, es justo ser prudente sobre un objetivo y un empeño entre la acción y efecto del impacto de una campaña de abonados. Pero, entre anhelos y esperanzas también se vive en el presente.