Rugby Prop

Narciso Rojas

Vampiros, rugby y Sherlock Holmes

04 de febrero 2020 - 01:36

Sherlock Holmes entra en su piso de Baker Street, se sienta en el sillón de orejas y abre la carta que extrae del bolsillo de su abrigo. En ella, el señor Ferguson, de Sussex, le explica que cree que su esposa peruana es una vampiresa. Le relata cómo la vio chupar la sangre del cuello del bebé de ambos, y cómo desde entonces ella mora encerrada en una habitación de la casa mientras él y su hijo mayor, de quince años, no saben qué hacer.

Holmes no necesita nada más para saber lo que está ocurriendo; pero hay otra cosa en la carta que le llama la atención. El señor Ferguson se presenta como un antiguo conocido de su compañero, el doctor John Watson. Le comenta que ambos jugaron al rugby, cada uno en uno de los equipos más legendarios y antiguos de Londres: Blackheath y Richmond. Los partidos entre estos dos clubes comenzaron en 1863, convirtiéndose en el enfrentamiento regular entre clubes más antiguo de la historia. Ambos personajes se enfrentaron con sus equipos en el famoso partido de enero de 1877, que terminó con una invasión de campo y un tumulto ignominioso que dejó varios heridos.

En una aventura posterior de Sherlock y Watson, sir Arthur Conan Doyle hace que los dos rugbiers se encuentren en persona, y, para sorpresa de Holmes y a pesar de que conversan recordando sus años de jugadores, ninguno saca a relucir aquel episodio. Rememoran partidos en Old Deer Park, actualmente cerca del monumental Twickenham, pero no hablan de aquel episodio en Blackeath.

Sherlock, prudente, decide no comentar ese detalle. En realidad lo que lo mantiene en silencio es que le perturba no entender por qué no hablan de ello. Sir Arthur Conan Doyle nos muestra una grieta en la impresionante capacidad deductiva de su detective. El creador de Holmes decidió extirparle la parte del pensamiento en la que reside el dolor por ver dañado algo intangible y que no te pertenece, el amor abstracto que provoca una tristeza, aun grande en ambos exjugadores, por aquellos hechos que no los acaban de reconciliar con el rugby. Si quieren saber qué pasaba con la vampiresa y el bebé lean La aventura del vampiro de Sussex.

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