El afamado chef español José Andrés ha hablado en una entrevista concedida al diario The New York Times de la "picaresca" que le ha llevado a triunfar, tanto a nivel empresarial como en el sector de la ayuda humanitaria, y que le ha convertido en uno de los hosteleros más destacados de Estados Unidos.

"Dejé el colegio cuando era muy joven. La única manera de avanzar era tener determinación, porque si yo no miraba hacia delante, nadie más lo haría", cuenta Andrés a este periódico como parte de una serie de entrevistas sobre resiliencia durante la pandemia del coronavirus. "En España, hay un libro clásico titulado El Lazarillo de Tormes del siglo XVI. Cuenta la historia de esta gente joven -le llaman "picaresca"-, personas que han tenido que ser muy ingeniosas para superar cualquier obstáculo. Creo que esto está en mi ADN, el adaptarme a cualquier circunstancia", agrega el asturiano, fundador de ThinkFoodGroup, que agrupa 28 restaurantes. "Sacas lo mejor de cada situación, sin importar lo mala que sea", subraya el también responsable de la ONG World Kitchen Central, con la que ha dado de comer a millones de personas azotadas por desastres en Puerto Rico, Guatemala, Indonesia, Mozambique, Haití y Estados Unidos.

Recientemente, esta organización, con base en Washington, también ha provisto de dos millones de comidas a los afectados por la crisis económica desatada por el coronavirus en España, y 16 millones más en Estados Unidos.

El cocinero, sin embargo, descrito por el Times como uno de los "chefs más célebres y reconocibles del mundo", admite que ya no siente la "energía sin fin" que le caracteriza: "Me doy cuenta de que tengo límites como todo el mundo". Además, expone cómo trabajar en la vorágine de la cocina de un restaurante le ha ayudado a enfrentarse con World Kitchen Central a algunos de los peores desastres humanitarios. "Hay que recordar que en todas las cocinas hay un poco de caos. Los cocineros como yo, manejamos el caos de manera natural".

José Andrés subraya la necesidad de adaptación de cualquier empresa o institución para poder triunfar, y recordó una instancia en Puerto Rico, tras el paso del huracán María, en la que otras organizaciones intentaban llevar pan a la isla desde Florida, mientras que World Kitchen Central lo buscó, y logró, hablando con los fabricantes de pan de la propia isla. "A veces los grandes problemas tienen soluciones muy sencillas", sostiene.

Como están haciendo numerosos restaurantes, el de MasterChef, situado en el número 150 de la madrileña Calle Velázquez, acaba de estrenar su servicio delivery (para recibir los platos en casa) y take away (para recoger allí) muy especial en el que los clientes podrán terminar la elaboración en su propio hogar, siguiendo las instrucciones de los chefs del establecimiento en cuanto al cocinado, terminación y emplatado.

Para dos personas, el menú se compone de un entrante a compartir, dos principales y un postre, y cuesta 50 euros. El pack para cuatro comensales asciende a 100 euros, y el de seis, a 150. En la carta figuran platos como el cochinillo de Pepe Rodríguez con puré de castañas y tamarindo; sam de merluza Orly con mayonesa de café, lima y hierbas aromáticas, y una espuma de coco con limón y helado de yogur de Jordi Cruz de postre.

NO vayan a pensar que este fin de semana cenando en un restaurante, el cocinero tiró por lo alto del propietario las raciones de coquinas o los calamares fritos en un ataque de rabia. Nada tiene que ver, ni mucho menos, aunque desgraciadamente en algunas ocasiones es cierto que el espectáculo de un almuerzo o cena está en la cocina, en la sala y desgraciadamente no sobre el plato que sería lo recomendable.

En esta ocasión, con cena espectáculo, quiero traer a esta columna la tendencia del concepto revisitado y actualizado de cena con show de variedades, como se decía hace algunos años, y que ahora arrasa desde Las Vegas a Dubái, pasando por Lio Ibiza y por supuesto ahora también disponible en la costa del sol, la costa del Golf, en el extraordinario resort de Puente Romano. Este pequeño enclave privilegiado por sus condiciones climatológicas, y gestionado de manera magistral, reúne algunos de los referentes más destacados de nuestro país en cuanto a marcas de lujo y servicios turísticos de alta calidad se refiere. Ahora, la reciente apertura de SupperClub revitaliza aún más su propuesta gastro acercándola a la demanda del público más internacional y pudiente.

En una misma plaza que recrea un pequeño pueblo blanco con una vegetación digna de mención nos encontramos a pocos metros del mítico Marbella Club, el moderno Nobu Hotel, pero también varios restaurantes bajo el sello de Dani García (Bibo y ahora el nuevo Leña). También algunas terrazas y rincones maravillosos como Les Jardins donde poder disfrutar de una copa y una selección de platos de corte internacional.

Pero a lo que vamos que es la Supper novedad es que el antiguo patio de la Suite ha sido transformado ahora en un cabaret de siglo XXI donde se cuida con mimo tanto lo que se sirve en los platos como las actuaciones que durante la noche se van sucediendo transformando permanente el espacio con arte y mucho gusto. Una legión de camareros hace que todo fluya de manera magistral mientras que en el escenario se suceden actuaciones de guitarra acústica, flamenca, rock, una violonchelista, un percusionista y un Dj además de un espectáculo de antorchas humanas. Por si todo esto fuera poco, unos simpáticos cocteleros deambulan por la sala preparando elaboraciones en directo de cocteles en pequeño formato que hacen las delicias de los asistentes. Ya les adelanto que SupperClub les sorprenderá tanto por su oferta gastro como por su magnífica puesta en escena.