2026: ¿El año de las compañías medianas y pequeñas?
Personajes de la historia de Huelva (y II)
Hija Adoptiva de Isla Cristina, la madrileña María Asunción Echagüe y Álvarez de Sotomayor, había sido elegida Académica Correspondiente por sus méritos como pintora, escritora y profesora. Ya había reconocido su valía y su entrega el Ayuntamiento isleño porque durante años se había dedicado a la promoción de la cultura en aquella ciudad, con el fomento y organización de actividades divulgativas, clases de pintura, teatro, en la biblioteca y en el centenario periódico local.
José María Roldán Fernández, primer presidente de nuestra Academia, también fue nombrado Hijo Adoptivo de Huelva. Debemos hacer un inciso para que el lector medite las cualidades de los protagonistas que han honrado a la vez a Huelva y a la Academia, constituyéndose en personajes de nuestra historia paralela. Un civilizador, como hemos predicado de otros académicos, pero hay que hacer constar que ésa es una característica de las trece figuras que homenajeamos. Creó la emisora local de la Cadena Cope, asimismo el Instituto Musical Onubense, germen del actual Conservatorio de Música, fundó la Coral Polifónica de Huelva, el Cine-Club de Huelva, recibió el Premio Nacional de Flamenco, y publicó más de 16.000 artículos en prensa y radio.
Director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Odón Betanzos Palacios fue proclamado Hijo Predilecto de Rociana del Condado, donde además un instituto, biblioteca y una fundación cultural llevan su nombre. Catedrático en Nueva York, su obra investigadora, novelística y poética, sumada a su prolífica labor le hicieron acreedor al reconocimiento institucional en España y en América. La fuerza civilizadora de la Hispanidad definió su carisma.
En cada sesión académica se hacía notar Manuel Crespo García por su optimismo, por sus ganas de acometer realizaciones. Profesor de Dibujo en el Instituto La Rábida, era un docente que no se limitaba a sus clases. Las desbordaba su empeño en educar para una sociedad más culta. Integrante de cuantas acciones creativas se iniciaran, era una motivación permanente para que los ánimos se entusiasmaran. Sus artículos y conferencias enriquecían una sociedad, que aplaudía su sapiencia en historia de la música.
Río Tinto nombró Hijo Adoptivo a otro miembro de nuestra Academia, Juan Delgado López. De niño quería ser afilador, según narra en sus Paisajes de la Memoria (Segundo regreso a Campofrío), pero su vocación fue la poesía. Cada capítulo de Geografía y amor lo encabezaba un dibujo de su compañero de Academia, José María Franco. Ambos desvelaban los encantos de la Sierra de Aracena. Director del periódico El Minero. Miembro Honorario del Instituto Cultural Rubén Darío, de Santiago de Chile. Académico en Felgueiras (Portugal), traducido al francés, italiano y portugués.
Francisco Garfias López tiene rotulada calle con su nombre, igual que un instituto de su pueblo natal, cuyo Ayuntamiento lo nombró Hijo Predilecto. Un museo es su casa, con cierto paralelismo con su paisano universal, Juan Ramón Jiménez. Y no poco tienen en común ambos poetas. Cuando lo visitamos para comunicarle oficialmente la decisión de la Academia de incorporarlo a su nómina de Miembros Numerarios se nos sirvió una merienda con dulces moguereños que era un espectáculo de arte, de buen gusto y de selectos sabores de la tierra. El poeta, y también ensayista y narrador, académico en Bélgica, fue gran divulgador e investigador de la obra juanramoniana.
Por su parte, Rafael Alfaro Ros, correspondiente de la Academia, era Miembro de Honor del Centro de Estudios Zenobia Camprubí, de Malgrat de Mar, la localidad natal de la esposa de Juan Ramón Jiménez. Conferenciante y articulista, ha publicado más de doscientos trabajos en la prensa nacional. Son valiosas sus donaciones de libros a diversas instituciones, lo mismo que los premios que tiene otorgados. Su filantropía es semejante a la grandeza de su acción cultural. A cuántos académicos nos introdujo en la Cofradía Internacional de Investigadores de Toledo.
Poco antes de que leyera su discurso, el único Académico de Honor, se nos fue Francisco Ruiz Berraquero, pero, como la pléyade de personalidades de que damos sucinta cuenta, es historia de Huelva y de la Academia, su espíritu permanece entre nosotros. Académico de Ciencias de Sevilla, y de la Iberoamericana de Farmacia, de la que fue presidente, catedrático de Microbiología destacó internacionalmente por sus investigaciones. Primer rector de la Universidad de Huelva, a él le cupo recibirnos a los fundadores de la Academia para de inmediato aceptar y amparar nuestro proyecto. Con su beneplácito y patrocinio, la Academia auguraba un devenir que llega a esta víspera de los 25 años de existencia en 2020.
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