Cuando era pequeño presumía de Recre aunque el equipo no estuviera en la élite (mira que anduvimos cerca de llegar a ella en un par de ocasiones) por su mera condición de pionero y por ciertos jugadores realmente maravillosos, de esos que la máxima categoría se perdió; lo hacía, especialmente, en verano ante ciertos amigos 'chinchadores' que no dejaban de meter el dedito en la llaga con eso de que sus clubes estaban en Primera y el mío no; sí, saben perfectamente de lo que hablo… Al ser ya un poco más mayor y tras caer el Decano a Segunda B lo de jactarse de tener en mi equipo a futbolistas extraordinarios ya estaba más complicado (siempre hubo excepciones como la de don Iván Rosado, y me pongo de nuevo en pie), así que tirábamos de historia, de garra o de lo que fuera para salir al quite. De lo que se podía fardar lo justo era de fidelidad de la afición en esa época, en la que la separación Huelva/grada-club fue preocupante hasta esa notable resurrección de la primera campaña de salvación y, sobre todo, tras el siempre recordado palo de Soria. Desde entonces, aunque con algún altibajo, de cariño y gran apoyo de los seguidores también se ha podido alardear, aunque estos no destacaran por ser los más numerosos ni por su sonoridad.

Pues, desde hace bastantes años, hasta de eso podemos presumir con la afición: de cantidad, de calidad y de animosidad. Y aquí llega otra de mis pedradas: unas semanas atrás, en un programa televisivo de esos en los que la gente aspira a convertirse en estrella musical, un seguidor albiazul cantó ese precioso himno que se hizo en la etapa de Comas (hasta un reloj estropeado da bien la hora dos veces al día) por el 125º aniversario. Los 'jueces' del programa quedaron encantados con la interpretación, y como para no. Dice mi amigo Eduardo que 'Tu leyenda', esa joya de César López Perea cantada deliciosamente por Rocío Márquez, tiene varias frases "para tatuárselas" por bonitas y por lo que significan, y no le falta razón. Mira que el 'Decano de mi alma' representa mucho y ha dado -y da- estampas inolvidables dentro y fuera de casa, pero sigo pensando que no le estamos sacando jugo a esa marcha sin igual por su letra, ritmo y significado; un himno que tiene poco que envidiar a otros. Ojalá eso cambie. Pero bueno, para gustos también están las canciones.

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