William Martin | Exposición de María Clauss

¿De verdad era mi abuelo espía?

  • La fotógrafa onubense María Clauss presenta el viernes en Punta Umbría un exhaustivo trabajo sobre su familia y la conexión con la operación carne Picada y el cadáver del mayor William Martin

Siempre le intrigaron unas cartas manuscritas que había en casa dirigidas a María Clauss. No eran para ella, sino para su bisabuela y enviadas por su abuelo. Todas desde un pueblo de Gerona, Caldas de Malavella, donde Luis Clauss acabó desterrado casi tres años, entre 1945 y 1947, a espera de su deportación a Alemania, acusado de espionaje. No llegó a marcharse entonces de España pero nunca entendió aquella separación de su familia, de su mujer y de sus hijos. Fue cónsul alemán en Huelva y sufrió, dijo después, el episodio “más humillante” de su vida, sin asumir la acusación ni por qué entre 104 detenidos, incluido su hermano Adolfo, acabó con el máximo castigo.

María Clauss nieta es quien ahora recupera su memoria partiendo de aquellas cartas con las que fantaseaba de niña. Traducido ahora el desasosiego del abuelo del alemán familiar, de alguna forma trata de restituirle, de darle voz pública. Y lo hace a través de un profundo trabajo documental que apela a la memoria familiar y colectiva. Es Luis Clauss el retratado, pero también lo es la Huelva en la que nació, sus actos como patriota alemán y su vinculación con el hecho más importante de la Segunda Guerra Mundial en la provincia onubense.

Mi abuelo, ¿el espía? Tras la huella de William Martin abre sus puertas el viernes en Punta Umbría, con textos de Óscar Toro, patrocinada por Atlantic Copper y enmarcada en los actos del Ayuntamiento puntaumbrieño por el 75 aniversario de la aparición del cadáver del mayor británico en la localidad. Porque Luis Clauss era cónsul alemán en Huelva en aquel 1943 de la operación Carne Picada. Porque su nieta ha encontrado en Londres documentos que le vinculan, por su cargo, con ese operativo clave en el desenlace de la guerra. Y también porque su hermano Adolfo tuvo un papel destacado en el paso de información a la Berlín nazi.

Álbum familiar de los Clauss. Álbum familiar de los Clauss.

Álbum familiar de los Clauss. / ©María Clauss

Cuenta María que la parte de su trabajo que dedica a William Martin es “la más periodística”, la más objetiva. No hay documentos determinantes sobre el papel de su abuelo como espía. Es el interrogante que lleva al título, que nace ya del que el propio Luis se planteaba en su destierro en Caldas de Malavella, para el que nunca encontraba explicación en sus cartas.

María Clauss recupera el recorrido del ficticio William Martin en Londres antes de su partida. También el corpóreo posterior, en Escocia y en Huelva. Y el espiritual que llevó la falsa información que portaba a manos de Hitler.

Tres apartados

La fotógrafa reportera retrata, además, a los protagonistas de su memoria, directos e indirectos, responsables del legado histórico que nos queda. Aunque quizá la parte más interesante de las tres que componen la muestra es la que acerca a la persona, a la familia, más allá del personaje con el que se pudiera involucrar.

Documentos de Luis Clauss Kindt fotografiados por su nieta. Documentos de Luis Clauss Kindt fotografiados por su nieta.

Documentos de Luis Clauss Kindt fotografiados por su nieta. / ©María Clauss

Es la forma de descubrir a Luis Clauss Kindt, nacido y muerto en Huelva (1894-1979), enviado por sus padres a Alemania con 9 años, junto a su hermano Adolfo, con sólo 6, del que fue gran protector, y regresado tras la Primera Guerra Mundial. Es el mismo hombre que estuvo preso en Siberia, de donde escapó hacia Eslovenia, y que posteriormente asumió el Consulado en Huelva del que fue titular su padre; el que exhibía la bandera nazi en su fachada de la actual Avenida de Italia, pese a que nunca formaron parte del partido los hermanos.

No fueron más que patriotas alemanes, defiende María a su abuelo, al que gustaba ver pintar cuando era niña y con el que tenía una conexión muy especial. Esa misma que ahora le lleva a restituir su memoria.

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