Cultura

La vida tras el paso de Chicote

  • La taberna La Concha, en El Rocío, incrementa su clientela y consolida su negocio después del programa de televisión 'Pesadilla en la Cocina' La carta incorpora los tres platos del chef madrileño

Nunca ha sido merecedor de una estrella Michelín y hasta hace poco jamás había regentado su propio restaurante, si bien Alberto Chicote es, con permiso de Ferran Adriá, el cocinero más famoso de este país. Más allá de sus dotes culinarias, su programa de televisión Pesadilla en la Cocina ha llegado a concentrar más de tres millones de personas y se ha convertido en uno de los espacios de telerrealidad más seguidos en España.

Sólo el share de pantalla que obtiene le brinda la capacidad de lograr que los restaurantes por los que pasa gocen de una fama efímera pero efectiva, aún a pesar de la mala fama que puede entrañar sacar los trapos sucios de la cocina.

La Taberna La Concha, en El Rocío, es un buen ejemplo de ello. A pesar de que el chef y propietario del local, Antonio José Franco, se mostró "decepcionado" con la imagen que trasladaron las cámaras a nivel personal y de su restaurante, lo cierto es que estrenar la tercera temporada del culinario reallity le ha permitido incrementar su clientela y consolidar su negocio.

A pesar de todo, el empresario castellanomanchego relata que no volvería a repetir la experiencia. "Viví días de enorme tensión", asegura mientras añade que fue sometido a una enorme presión en busca de esas escenas que tanto venden en televisión por el morbo que suscita. "Ellos saben que me enciendo rápido, pero también que soy como la gaseosa, que de inmediato me vengo abajo. Lo sabían y me taladraron constantemente".

Los clientes que la pasada semana acudían al restaurante señalaban que la comida estaba muy "apetitosa. Uno percibe que siempre ha sido un restaurante limpio, que se come bien", lo que a priori choca con la filosofía del programa, que persigue retratar todo aquello que se hace mal.

En cualquier caso, el hostelero recuerda que los participantes firman un contrato con la productora Eyeworks-Cuatro Cabezas que les impide contar los entresijos del programa, aquello que se cuece tras los fogones y que no ven los telespectadores.

Es un modo de preservar la magia y también que el programa se rige por un guión muy encorsetado que repite una y otra vez la misma fórmula: mostrar las penurias por las que atraviesan los dueños de los centros de restauración y cómo resurgen tras la visita de Chicote. Sin embargo, el cocinero afincado en El Rocío recuerda que el programa se graba en sólo seis días, "de lunes a sábado". Poco tiempo como para poder asimilar consejos de gestión o de cocina que permita reflotar un negocio. Así lo sentencia, explicando que "sólo hable con Alberto frente a la cámara. Él y su equipo se hospedaban aquí en la aldea, pero sólo les veía cuando venían a grabar".

Tras la Pesadilla en la Cocina, en La Concha la huella de Chicote queda en la decoración de la taberna y en tres platos que se mantienen en la carta: solomillo de venado con moscatel, pez espada con salsa de naranja y cous cous, y el bacalao gratinado con camarones.

Un reclamo, sin duda, para los comensales que acuden llamados por ver las instalaciones y degustar los platos especiales preparados por Chicote para la ocasión; todo ello sumado a su clientela fiel que siempre han confiado en el buen hacer del cocinero rociero.

El tiempo dirá lo que se dilatan los ecos del programa. En cualquier caso, el propietario de La Concha se queda con los obsequios del programa como los dispositivos móviles para las comandas, la cubertería, ollas, robots de cocina y sartenes que dejó el programa de la Sexta; todo ello valorado en 20.000 euros.

Alberto Chicote es hoy por hoy un Rey Midas de la televisión. Todo proyecto televiso en el que se embarca logra el favor de un público prendado de esa capacidad de ser duro y desenvolverse en la crítica afilada sin que el espectador, en ningún momento, sienta animadversión por él. Sin lugar a dudas, un fino equilibrio al que contribuyen los guionistas con los que trabaja.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios