De la vida, el amor y las matemáticas
La ficha
*** 'El Teorema de Marguerite'. Drama. Francia. 112 min. 2023. Dirección: Anne Novion. Guion: Anne Novion, Mathieu Robin, Marie-Stéphane Imbert, Agnès Feuvre, Philippe Paumier, Sara Wikler. Música: Pascal Bideau. Fotografía: Jacques Girault. Intérpretes: Ella Rumpf, Jean-Pierre Darroussin, Clotilde Courau, Julien Frison, Sonia Bonny.
Cine de talento y superación. Nunca está de más exaltar ambas cosas, a condición de que no se edulcoren. Y aquí, afortunadamente, no se hace. O casi no se hace. Una joven estudiante de matemáticas lucha en la redacción de su tesis contra uno de los más difíciles retos matemáticos (la conjetura de Goldbach), contra un sistema aún dominado por los hombres que a la vez la impulsa y la margina (ella es la única alumna en la prestigiosa École Normale Supérieure), contra un brillante y -al contrario que ella- vital investigador rival y contra ella misma o, mejor, contra su pasión por las matemáticas -sin la que no es capaz de concebir su vida, afirma- que le impide dedicarse a otras solicitaciones más placenteras cuya llamada también siente.
Lógicamente el guión incluye el necesario elemento de fracaso, desaliento y traición que estimulará aún más su talento y su capacidad de superación: no hay héroe, en este caso heroína, sin pruebas a las que deba enfrentarse y superar. Y, con ello, conquistar también la apertura, más allá de las matemáticas y del aislamiento autoimpuesto, al mundo, a los otros (su director de tesis, su compañera de piso, su competidor), a los sentimientos, a la sensualidad, a la aventura (representada, curiosamente, por el un juego que se mente matemática domina). Para al final, tras un periplo que el guión quizás exagere (aunque hay que admitir que los caminos de la vida son muchas veces tan imprevisibles como los de esta matemática), encontrar la unidad entre vida, amor y matemáticas.
Esta primera película estrenada en España de la guionista y realizadora francesa Anne Novion (Les grandes personnes, Rendez-vous a Kiruna) no carece de méritos en su puesta en escena lineal, limpia, despojada de todo artificio, sobre todo en su primera parte; pero también con concesiones a los clichés (especialmente en su segunda parte). Siendo su mayor mérito las buenas interpretaciones de Jean Pierre-Darroussin, Sonia Bonny y Julien Frisson -el profesor, la compañera de piso y el competidor- y sobre todo la extraordinaria creación del personaje por esa gran actriz que es Ella Rumpf, en la que quizás sea su mejor interpretación tras la muy distinta de Crudo (Julia Ducournau, 2016) que la reveló.
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