Multicines Al Andalus Ayamonte.- T.O.: 'The hurt locker'. - Producción: Estados Unidos, 2008. - Duración: 131 minutos. - Dirección: Kathryn Bigelow. - Guión: Mark Boal. - Fotografía: Bary Ackroyd. - Música: Marco Beltrami y Buck Sanders. - Montaje: Bib Murawski y Chris Innis. - Intérpretes: Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geragthy, Ralph Fiennes, Guy Pearce, David Morse, Evangeline Lilly, Christian Camargo.

Resulta un tanto insólito que una película, más allá de su calidad o entidad cinematográfica, ganadora de varios Oscar no aparezca en una cartelera. Así ha ocurrido con En tierra hostil, que no ha aparecido en un cine de Huelva, en este caso de la provincia, hasta casi un mes después. Es algo desgraciadamente habitual en el ámbito de la exhibición del cine entre nosotros. Tanto que ahora si los aficionados de Huelva capital quieren conocer esta interesante película tendrán que desplazarse a Ayamonte para verla. Si es que sigue en la cartelera cuando se publique esta crítica.

El film, con todo el aire de un muy realista documental bélico nos presenta un intenso seguimiento de un comando del ejército estadounidense dedicado a la desactivación de explosivos en el curso de la guerra de Iraq. El sargento Thompson, que comanda la acción, muere en una misión de la unidad. Al mando queda un imprevisible y temerario sargento James. Despreciando el riesgo, sus compañeros, el sargento Sanborn y el especialista Eldridge, asumen el peligro que corren, además del propio de su trabajo. En el transcurso de un servicio rutinario en un sector urbano, se ven confinados en una auténtica ratonera. La auténtica personalidad del arrojado sargento James se revela para transformar el cambio en las vidas de todos.

Kathryn Bigelow, que derrotó a su marido, James Cameron, realizador de la muy taquillera Avatar (2009), en la competición de los máximos premios de Hollywood, siempre ha mostrado en sus películas de acción un talante habitual en los directores masculinos. Todo ello desde su inicial Acero azul (1990), Le llaman Bodhi (1991), Días extraños (1995) y después hasta la más reciente K-19 (2002). Pero no cabía esperar mucho más de ella hasta esta En tierra hostil, que es una prueba de la existencia de esos seres, nacidos para la guerra, como se proclamaba en la incomparable La chaqueta metálica (1987), del inolvidable Stanley Kubrick, que son adictos al riesgo, en el límite de una tenue línea que separa la vida de la muerte, cuando, además, la gravedad de la situación se agudiza con el estrés y la ansiedad, cuestionándose qué hacen en una guerra desesperada y aparentemente interminable.

Si lo que la directora, Kathryn Bigelow, pretendía era "transportar al público hacia ese escenario y obligarle a ponerse en la piel de sus protagonistas", no cabe duda de que lo ha conseguido describiendo momentos de una gran intensidad testimonial. Y eso, además, con una puesta en escena realmente magistral, mostrando en toda su crudeza y crueldad la tragedia de la guerra, la gravedad extrema de unas vicisitudes que vistas en la pantalla nos dejan profundamente impresionados, atónitos y consternados. Sin expresar ningún motivo ideológico a la intervención del ejército de su país en el conflicto iraquí, se limita a exponer fría, aunque realista, la fuerza irrevocable de las imágenes y de su extraordinaria violencia visual.

El espectador puede pensar en alguna ocasión que el protagonista es un psicópata que se vale de la guerra para desplegar sus instintos o, como dice uno de los personajes acusando al protagonista de exponerlos demasiado, "darse un chute de adrenalina". En ese aspecto el acierto consiste en aproximar al espectador a esa sensación de miedo, de peligro junto a esa visión realista de la tragedia bélica en unas imágenes inéditas en buena parte del cine del género hasta ahora. "En tierra hostil" contará ahora entre los mejores ejemplos de la cinematografía sobre la guerra.