Cultura

Entre los sueños de Víctor Pulido

  • El artista onubense presenta hoy en la UHU su nuevo proyecto, 'Imago', una invitación a imaginar la propia transformación Busca patrocinio para la instalación de una de sus obras

"La mejor forma de despertarse es seguir soñando". Esta proclama de Víctor Pulido se convierte en una clara invitación. A despertar, por supuesto. Pero, sobre todo, a soñar. A cerrar los ojos y recrear otros mundos, no siempre mágicos, no siempre desde el subconsciente. Es la mejor forma, asegura, de afrontar la realidad, de volver a nacer desde el letargo del vientre materno, que aún perdura en muchos individuos hasta cierta edad. Es la llamada de Pulido a su ensoñación particular, un imaginario de insectos voluntariosos, delicados y depredadores, al mismo tiempo, que mutan su ser para alcanzar el imago, ese estado de esplendor al que llega una larva transformada en la libélula emperador de sus sueños. Una metamorfosis parecida a la que imaginó en su pequeña Noa mientras ella dormía siendo aún bebé.

Imago es también el nuevo proyecto de Víctor Pulido. El que hoy inaugura muestra en la Sala de Exposiciones de la Universidad de Huelva, en el campus de Cantero Cuadrado. El que evoca sus persistentes inquietudes actuales. El que retoma obsesiones del pasado que pasan a ser un presente dinámico. Porque el artista onubense tiene claro que éste es un camino que acaba de comenzar. Que la larva se acaba de convertir en libélula majestuosa, pero vendrán muchas más, revoloteando alrededor de su mundo, el que le inspiró su segundo hija, a quien dedica este proyecto en "permanente evolución".

Pero, incluso, Imago es mucho más que eso. Es todo lo que el espectador quiera que sea. Pulido comparte su ensoñación, ofrece con generosidad el producto de sus reflexiones, sus motivaciones, y lo pone en manos del público para que desarrolle su propia imaginación, que medite y proponga su propia interpretación. No podía ser menos en un espíritu libre que se mueve en Huelva con la independencia de un artista alejado de corsés y en una revisión continua. Con rigor pero siempre con humor, mucho humor.

Un guiño para la sonrisa es ese cartel publicitario de Imago que ha colocado esta semana en el Paseo Marítimo, en plena campaña electoral, con pose pseudopolítica rodeado de mariposas, recuperando el espíritu de su Vota a nadie y la instalación Banco de España que llevó a la León Ortega.

No pierde el humor, pero las motivaciones son otras. Defiende que el arte es una de las herramientas más válidas "para cambiar las cosas" y traslada al espectador su visión de que "el mundo te comerá a tí si tú no te comes el mundo".

Él va a empezar a merendárselo en Cantero Cuadrado, en una sala pequeña pero con muchas posibilidades para desarrollar la escenografía de su proyecto, uno de los pilares de su obra. Allí, desde esta misma tarde, el público onubense se encontrará con la génesis de Imago, un cuaderno de dibujos de la pequeña Noa y de las libélulas que soñó en el Palacio de Cristal de Madrid, dando forma a esa fábula, La historia de una hormiga que encontró a una libélula y no avisó a nadie, que resume sus reflexiones actuales. Y también con su serie de acuarelas de insectos sobre mármol que se llevó a París hace un mes y que ahora ofrece con una edición gráfica numerada para que cualquiera pueda tenerla en casa.

El culmen de la exposición es su prototipo de anisóptero de 8 metros, desmontable y articulable, preparado para cualquier coreografía soñada, para cualquier instalación proyectada. Es el imago de un ser fabuloso, casi mágico, alimentado aquí de PVC estrusionado y poliuretano expandido en su primera versión dentro de un "proyecto activo", como el propio Pulido recalca. Porque el siguiente paso es convertir este ensayo en una obra definitiva en la propia Universidad de Huelva, una libélula recubierta de cobre que observará a las hormigas humanas desde una fachada en El Carmen.

Aún queda algo. El artista piensa en alguna empresa como benefactora de esta aportación suya a la comunidad universitaria. Y también en el mecenazgo colectivo que ofrecen internet y las redes sociales ahora con el crowfunding. Todo sea por seguir soñando. Todo sea por dejar una invitación permanente a descubrir la realidad en nuestra propia evolución.

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