Cultura

El sueño tenaz de un joven campeón

  • Con sólo 10 años, el palmerino Raúl Pérez Ornedo ya sabe lo que son el triunfo y el dolor

No sabía ni hablar cuando Raúl Pérez Ornedo pidió a sus padres una moto. Su madre, Beatriz Ornedo, lo recuerda como si fuese ayer: "Mi marido le compró una moto pequeña y se la pusimos en el patio. Cuando lo llevé a casa después de la escuela y la vio, rompió a llorar a lágrima viva", evoca. "No he visto a nadie con una pasión semejante desde tan chico", asegura. Hoy, Raúl tiene 10 años de edad y está luchando contra una importante lesión en una de sus piernas. En agosto, al sufrir una caída, la moto le aplastó la extremidad y le rompió el fémur, una fractura de la que se recupera lentamente y de la que probablemente tendrá que volver a ser operado. Pero ni los terribles dolores que ha padecido ni el tener que ir al colegio en silla de ruedas o ver su pierna atravesada por una complicada estructura, consiguen apartar de su mente el motociclismo. De hecho, en cuanto tiene oportunidad, se monta en su moto, aunque no la pueda mover, sólo por volver a experimentar la sensación de estar unido a la máquina.

Antes de la caída la progresión de Raúl estaba siendo imparable. Comenzó a entrenar y competir a los seis años con el dorsal 24 (el de su admirado Tony Elías) y en su primera temporada quedó tercero de Andalucía en Minimotos 4.2 y participó en la Liga Interescuela. En su segundo año de competición alcanzó la segunda posición a nivel andaluz en la categoría Minimotos 6.2. Ya en el año 2013 estrenó nueva categoría y lo hizo compitiendo en la Copa ANPA. En ella consiguió una beca e iba el primero -finalmente quedaría tercero en la Copa Nacional ANPA-, mientras que dentro del campeonato andaluz terminaba tercero en la categoría Open 14 a lomos de una KawasakiKX65. Pero en julio, el joven motociclista sufrió un primer accidente que le provocó la rotura de los dedos de un pie y del que se recuperó bien -su madre cuenta que recibió el alta médica un lunes y al día siguiente se subió a la moto-, y en agosto, el percance del que trata de recuperarse tras cinco meses de tratamiento.

Mientras tanto, acude cada día al colegio -está en cuarto curso- en su silla de ruedas y aunque empezó más tarde debido al accidente, con esfuerzo y constancia se ha puesto al día con estupendos resultados académicos. Sabe que si no saca buenas calificaciones, sus padres no le darán permiso para subir a la moto, pero tampoco es necesario llegar a ese punto: Raúl aplica a todas las facetas de su vida la misma tenacidad que al motociclismo.

Sin duda, apoyo no le falta. Sus padres, Beatriz Ornedo y José Manuel Pérez García, y su hermano mayor, de trece años de edad, son sus principales seguidores. Ellos están poniendo todo de su parte para que su hijo menor pueda alcanzar su sueño, aunque el escollo más importante no está siendo ni la corta edad de Raúl ni tan siquiera sus lesiones, sino los recursos que hacen falta para que pueda seguir entrenando y compitiendo. Sólo la MKV Racing School en la que Raúl se prepara tres días por semana cuesta unos 150 euros al mes más los desplazamientos a Sevilla. Los equipos tampoco son precisamente baratos, aunque estos jóvenes padres luchan contra el desempleo y tiran de ingenio para que no se malogre el talento de su hijo: "Cuando hay que comprar una moto nueva, vendemos la anterior", explica Beatriz. "Vamos vendiendo lo que tenemos de algún valor para pagar su formación y equipamientos, pero necesitamos patrocinadores", advierte.

Los mecenas que contribuyan a la formación de Raúl y que propicien su participación en las citas competitivas tendrán más que asegurada la proyección. Sin ir más lejos, el sábado 1 de febrero fue uno de los protagonistas de la gala de la Federación Andaluza de Motociclismo, en la que recibió su premio como tercer clasificado en el Open 14 del Andaluz. Una velada inolvidable para un piloto que promete y mucho.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios