Cultura

¿Para qué sirven los concursos de pintura?

  • Al final los cuadros ganadores acaban decorando estancias sin criterio de conservación para cubrir la parte vanidosa que un estamento dedica a la cultura

Mes y medio después de fallar la XXII edición del Premio de Pintura Salón de Otoño de Huelva, el Ayuntamiento, organizador, al fin decide abrir las puertas de la Casa Colón y exhibir la selección merecedora por parte del jurado de ser expuesta y catalogada.

En un mes y medio ha dado tiempo a confeccionar un catálogo, acondicionar -falta le haría- la Casa Colón, becar a los ganadores y ofrecerle un viaje a Berlín vía Nueva York, evidentemente cambiar de estilo, comprarse el traje para la entrega de galardones y convocar la edición próxima. ¿Por qué tanto tiempo transcurrido desde que se proclamaran ganadores hasta ahora? El Soho en El Punto.

Por qué y para qué organiza el Ayuntamiento de Huelva (o, anoten, los de Isla Cristina, Gibraleón, Ayamonte, San Bartolomé, Almonte, La Palma…) estos premios.

En primer lugar, para proteger y fomentar el arte. Labor encomiable, sin duda. Potencia la pintura (y otras técnicas, aunque juzguen miembros de jurado que digan que la fotografía o los montajes no son parte de la pintura y hay que rechazarlas o no premiarlas o…, ante el remordimiento, una mención de honor) y, lo más importante, a los pintores, necesitados de currículos, dinero (cuestión vital) y reconocimientos públicos.

En segundo lugar, para hacer patrimonio. Aunque los médicos y los jueces persigan la gordura, es golosa en la renta patrimonial de las instituciones. Engordar, insisto, en estos casos es aconsejable, pero cebándose de buen producto y, además, que en un seguimiento científico ese buen desarrollo esté sostenido con medios solventes. Es decir, aumento el peso de mis obras, las cuido, las estudio, las expongo. Me parece fantástico, y, claro, el Ayuntamiento de Huelva, siempre tan sensible ante el arte… ya sea moderno, ultramoderno, anacrónico o, ya que estamos ante el día de los muertos, funerario/suntuario, hace todo lo contrario. ¿Conocen el patrimonio del Ayuntamiento de Huelva o de tantos otros? Libren de la interrogante a Nerva, gracias a su Museo, y un poco a la Diputación. El resto, a engordaaarrr¡¡¡¡. No se sorprendan si detrás de una puerta hay un cuadro o si la puerta misma es el cuadro.

En un libro publicado hace años, por cierto con bastantes errores, suponemos de imprenta, se puede comprobar que el Ayuntamiento de Huelva conserva obras de Pedro Gómez, Pepe Caballero, Castro Crespo, Sánchez Arcenegui, Ullate, Seisdedos, Rafael Cortés, Moreno Díaz, Cruz, Overli, Jorge Camacho… Si tienen tiempo y ganas de hacer una excursión con sorpresa por mil y una dependencias, comprobarán dónde están las obras… y cómo están. Me cuentan una anécdota, en nada leyenda, de aquel edil, hace ya tiempo, mucho tiempo, que mandó "desfigurar para no ser restaurado" un Martínez Checa que decoraba su despacho. "Esto lo restauro yo". Y lo restauró, por supuesto. CaixaForum en la plaza de la Constitución.

Afortunadamente, muchos de esos cuadros se conservan en el Museo de Huelva, aunque se aireen poco. Pero se conservan con rigor y disciplina. Además, que bien le vendría a nuestro Museo acopiarse de Brunt o Moreno Díaz, tan cercano éste a Vázquez Díaz.

Por cierto, ¿este año ha habido concurso de pintura al aire libre Enrique Montenegro? ¿Crisis, olvido, desinterés? Menos cuadros para repartir por paredes. Si no se ha convocado, mejor, el cuadro vencedor no disputará penas con el gladiador del tiempo. Y del espacio.

El martes fui a la exposición. Era un magnífico día. Jugaba el Real Madrid de nuevo con los miembros del inserso milanés, y mi marido, que ya tenía bañado y cenado a los niños, no puso objeción a mi salida.

El Madrid hace milagros en la batalla doméstica.

¿Para qué sirven los concursos de pintura? Para engordar, decorar estancias sin criterio de conservación, para cubrir la parte vanidosa que un estamento dedica a la cultura y para, eso parece, poco o nada más. Un consejo (me doy cuenta que en los últimos tiempos aconsejo en exceso, qué horror): si no puede conservar, estudiar, exponer como las musas mandan… ceda las obras temporalmente a quien así pueda.

¿Puede alguien? No obstante, otro consejo. Es más que cierto que estamos en crisis, pero cuántos años de bonanza económica para que esa Casa Colón sea un verdadero centro de arte y no la recreación de un zoco parcheado. Y sin seguridad alguna. Ya saben, nunca es tarde si la Casa Colón es buena.

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