El rey y sus esposas
Huelva Puerta del Atlántico.- T.O.: 'The private life of Henry VIII'.- Producción: Reino Unido, 1933.- Duración: 97 minutos.- Dirección: Alexander Korda.- Guión: Laios Biró y Arthur Wimpers.- Fotografía: Georges Périnal y Osmond Borradaile.- Música: Kurt Schröder.- Montaje: Jane Seitz.- Intérpretes: Charles Laughton, Robert Donat, Merle Oberon, Franklin Dyall, Elsa Lancaster, Miles Mander, Laurence Hanray, Wendy Barrie.
Con muy buen criterio, como ya es habitual, el Centro de Interpretación Huelva Puerta del Atlántico, que auspicia la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Huelva, ha reanudado, tras las vacaciones navideñas, su ciclo Cine e Historia, con la proyección de este apasionante drama histórico sobre la vida amorosa de un monarca voluble y veleidoso de decisiva influencia en el futuro de Inglaterra.
Esta película que fue una de las primeras producciones británicas que lanzaron al cine inglés a la esfera internacional, así como el prestigio de un realizador como Alexander Korda, olvidó en su referencia histórica la figura de la primera esposa de Enrique VIII, Catalina de Aragón y de Castilla, la hija menor de Fernando II y de Isabel I, los Reyes Católicos, tataranieta del rey Eduardo III de Inglaterra. La más respetable, legítima y noble de las esposas del antojadizo monarca.
La película se ocupa sin embargo del resto de las consortes del monarca: Ana Bolena, joven y desenvuelta, que le fue infiel y por ello la llevó al patíbulo, en tanto que discutía con su tercera esposa, Jane Seymour, sobre el traje que debía vestir en su boda; Ana de Cleves, a la que repudiaba en su misma noche de bodas; Catalina Howard, que le engañaría con Thomas Culpeper (joven y apuesto caballero al servicio de la Corte y próximo a las influencias del cardenal Wolsey), por lo que ambos terminaría ajusticiados, y finalmente Catalina Parr, la nurse de sus hijos, virtuosa y amante esposa y a cuyo matrimonio un achacoso Enrique llegaba demasiado envejecido.
Una gran revelación fue la calidad interpretativa del gran actor inglés Charles Laughton, que mereció un Oscar de Hollywood y que captó con singular sensibilidad la personalidad vanidosa, temeraria, caprichosa, variable del protagonista, su humor y su inconstancia. El más absolutista de los reyes británicos. El hecho más notable de su reinado, además de sus múltiples matrimonios y sus concubinas María Bolena, hermana de Ana, e Isabel Blount (las más conocidas entre otras), fue la ruptura con el Papa Clemente VII y la Iglesia Católica (que lo excomulgó) y su institución como cabeza de la Iglesia de Inglaterra, la Iglesia Anglicana, la disolución de los monasterios y la unión con Gales. Su enfrentamiento más llamativo con la nobleza inglesa se personalizó contra su Lord Canciller del Reino, Thomas More, que condenó su conducta y al que mandó ejecutar.
Alexander Korda, un director prácticamente poco conocido, se convirtió en uno de los más prestigiosos realizadores de los años treinta. Es evidente que en esta película aprovechó el talento interpretativo de Charles Laughton, para relatar con vigor y desenvoltura la vida íntima y sentimental de Enrique VIII y la tormentosa relación con sus seis esposas. Eludiendo el drama, característica de otras versiones biográficas, logra una sutil ironía, un perfil satírico y tonos dramáticos bien diluidos en una trama de corte clásico en cuanto a su ambiente histórico.
Alexander Korda dispuso de una gran sutileza en el tratamiento de tan debatido asunto, que puede parecer frívolo a algunos, pero que en el fondo destaca el conflicto de la pareja trasladada al ámbito de la realeza de una de las más tradicionales monarquías. Es, eso sí un agudo relato sobre la vida más privada de este rey de múltiples matrimonios y sin escrúpulos en su vida sentimental. Junto a la destacada actuación de Charles Laughton, tan parecido al personaje real, el resto del reparto brilla a muy digna altura, como corresponde a la habitual trayectoria interpretativa de los actores ingleses.
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