Cultura

El príncipe de los bandidos

CineBox Aqualon Puerto Huelva y CineVip Lepe.- T.O.: "The town".- Producción: Estados Unidos, 2010.- Duración: 105 minutos.- Dirección: Ben Affleck.- Guión: Peter Craig, Ben Affleck y Aaron Stockard basado en la novela de Chuck Hogan.- Fotografía: Robert Elswit.- Música: David Buckley y Harry Gregson-Williams.- Montaje: Dylan Tichenor.- Intérpretes: Ben Affleck, Jeremy Renner, Rebecca Hall, Chris Cooper, Jon Hamm, Pete Postlethwaite, Blake Lively

No puedo olvidar la opera prima de Ben Affleck, Adiós, pequeña adiós (2007), que no debo ocultar, me pareció un buen principio capaz de alumbrar a un director prometedor, sólido y eficaz. Tal vez con virtudes más elevadas de las que ha lucido como actor. Aquí en The town, tres años después, además de hacer de la ciudad de Boston la gran protagonista de la película y más concretamente su barrio de Charlestown, tristemente célebre por su alto índice de criminalidad y sus trescientos robos al año, Ben Affleck corrobora las buenas impresiones que en su día nos mereció.

Uno de esos responsables del gran número de atracos es Doug Macari, auténtico príncipe de los bandidos, aunque no tenga puntos de contacto ni de carácter con sus indeseables colegas. Ha tratado de seguir las tristes huellas de su padre aunque tenga como única familia a sus socios criminales. Tras participar en uno de sus robos se relaciona con una de sus víctimas, la directora del banco, Claire Keesey, cuando Doug ha decidido replantear su vida. Pero no va a resultar fácil huir de su propio ambiente ni de la estrecha unión que mantiene con su mejor amigo, James Coughlin, un tipo muy violento, y con su hermana Krista. Entre tanto el incorruptible agente de FBI, Adam Frawley, ha conseguido localizar su pista y le sigue implacablemente.

En su adaptación de la novela de Chuck Hogan, Príncipe de los ladrones, Ben Affleck, que, recordemos, en 1998 ganó el Oscar al mejor guión con su compañero el también actor Matt Damon por El indomable Will Hunting, parece aferrado con acierto a los planteamientos clásicos del cine negro, la tradición del mejor cine policíaco de Hollywood y sigue sus huellas sin perder su personalidad. Hace de la ciudad escenario de los hechos una metáfora a nivel global, afrontando el compromiso con admirable profesionalidad y para los grandes conocedores del cine no les resultaría difícil evocar los títulos más destacados del género a quienes tan bien sirve Affleck, con acentos propios.

Las tres secuencias de otros tantos atracos son los momentos estelares de la película, que recuerdan con brillantez los más notables del cine policial de todos los tiempos en la constante de un estilo al alcance de todos pero singularmente inteligente sin énfasis innecesarios ni alardes espectaculares. Cine de otros tiempos, es cierto, pero eficaz y acorde con la inteligencia de los espectadores que nunca pervierte como hacen otros.

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