Contra la perfección: cuando Picasso le 'torció el cuello' al Clasicismo
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El Museo Thyssen-Bornemisza presenta un revelador estudio técnico del cuadro 'Arlequín con espejo' (1923)

Madrid/Corría 1923 cuando Pablo Ruiz Picasso pintó Arlequín con espejo, pero 94 años después el Museo Thyssen-Bornemisza ha descubierto en Madrid que el malagueño creó en origen a un arlequín viril de fuertes piernas abiertas y no el femenino y de piernas cruzadas que conocemos y con el que "retorció el cuello" al Clasicismo.
Así lo explicó ayer Guillermo Solana, director artístico del Thyssen-Bornemisza, durante la presentación del estudio técnico que ha llevado a cabo este museo, que vienen a "verificar" lo que desde hace años se sabía en la comunidad científica tras un estudio realizado en Lugano (Suiza), según puntualizó Ubaldo Sedano, el director de restauración del Thyssen. Con esta radiografía, y después de más de cinco meses retirado al público, Solana ha contado que este estudio hecho público con motivo de la celebración del 25 aniversario del museo permitirá a los visitantes "entender el cuadro de una manera final".
En este sentido, el director artístico, informó de que el primer arlequín dibujado por Picasso hace "conjeturar" que se trata de un ensayo de un autorretrato del pintor en este personaje centenares de veces pintado por el artista, una "figura totémica" de su biografía. Pero como se puede ver en la radiografía, que permanecerá expuesta en el museo hasta octubre, este arlequín es un personaje de piernas abiertas que "muestra el sexo masculino". No obstante, a su derecha, el Picasso final luce una figura femenina, de piernas cerradas, "deformes" y "mal construidas" que se mira en un espejo de mano: "Las piernas está deliberadamente mal dibujadas por alguien como él, que dibujaba todo sin esfuerzo".
"¿Por qué vandaliza la obra en cierto sentido? -se preguntó ayer Solana-. Una razón tiene que ver con la identidad viril o con la certeza de la identidad de Arlequín. A Picasso le ha parecido que era demasiado cierta, prosaica, segura, y ha querido hacer una figura más ambigua y para eso le ha quitado la contundencia de las piernas abiertas y del sexo masculino". Y el segundo motivo de este cambio, como puntualizó, tiene que ver con "cargarse la perfección de la imagen". "Picasso está todavía inmerso en su periodo neoclásico, de iconos de belleza, de modelos grecorromanos, y se ha cansado en el año 1923. El cambiar la pierna y sustituirla por una mal dibujada, pintada, deforme es como decir: no sigo jugando a este juego". Al año siguiente de crear este cuadro nació el manifiesto del Surrealismo y Picasso, como relató Solana, inició una etapa completamente distinta, "de monstruos, tragedia", que "culminará en el Guernica", y ese es "el otro Picasso".
Esta instalación especial, que formará parte de la exposición Picasso/Lautrec (que podrá verse en el Museo Thyssen-Bornemisza del próximo 17 octubre al 21 enero de 2018), deja ver también como este giro que llevó a cabo Picasso forma parte de su "estereotipo": "Es un artista en constante transformación, él decía que un cuadro era una suma de destrucciones".
Además de las fotografías de infrarrojos y rayos X que se muestran junto al cuadro, la instalación incluye un vídeo en el que se ha recreado la forma en la que Picasso pintó el cuadro en base a los datos aportados por el estudio, con información sobre los materiales y estratigrafías de las capas pictóricas, imágenes que permiten apreciar la pintura con detalle.
Según adelantó también el director artístico del Thyssen, el próximo 22 de junio, presentarán La muerte de Jacinto de Tiepolo dentro de los actos de celebración de la Semana del Orgullo Gay, ya que se trata del gran retablo gay del museo. Una obra que también ha sido sometida a un estudio de radiografía que ha revelado el proceso de realización. Además, se ha limpiado y "lucirá con colores nuevos".
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