El patriota

Cartel promocional de 'Capitán América: El primer vengador'.

28 de agosto 2011 - 05:00

En muchas realizaciones del cine estadounidense se ha podido apreciar siempre un marcado sentido patriótico que exaltaba de manera fervorosa el espíritu nacional, esencialmente conservador, para algunos un tanto liberal, bordeando a veces el terreno panfletario y en ocasiones francamente reaccionario. No lo digo con intenciones críticas, sino que me limito a constatar un hecho bien patente en muchas películas. Han sido en muchas oportunidades los cómics, sobre todos los dedicados a superhéroes o paladines fantásticos, los más representativos de esas efusiones en exaltación de los valores patrios

En esta época donde tanto abundan en el cine los ' dedicados a esos héroes y superhéroes surgidos de la novela gráfica, las tiras cómicas o las publicaciones especializadas en estos relatos por entregas, que han hecho especialmente prolíficas a determinadas editoras, hemos podido comprobar como la cinematografía acapara a todos esos fantásticos personajes. Así surge sin duda el más patriota o uno de los más patriotas del género, figura especialmente apreciada de la prestigiosa e inagotable Marvel: El capitán América.

Muchos años llevaba el proyecto de convertir en película las hazañas del titulado aquí El primer vengador, diversos productores y directores han barajado esa posibilidad durante largo tiempo. Fue Joe Johnston el que al fin hizo realidad el anhelado proyecto para que no faltara a éste lo que alguien ha llamado el toque vintage que lleva consigo la puesta en escena de esta visión del personaje creado en 1941 por Joe Simon y Jack Kirby, éste ya fallecido, situado en el curso de la II Guerra Mundial cuando el ejército de los Estados Unidos ha creado un supersoldado para derrotar a las hordas nazis y al infame Calavera Roja, el clásico villano de las creaciones Marvel.

Con las características propias del género de aventuras todo sirve a los fines del héroe a modo de guerrero mitológico útil para cualquier época, hasta el punto de que al espectador avisado no se les escaparán ciertos parecidos en el aspecto argumental con En busca del arca perdida (1981) o Hell boy (2004), la película trata de ser fiel a la historia original, con propensión a la utilización de medios más efectistas que efectivos que acrecientan la fantasía propia de este tipo de cine con tendencia a lo "retro" y a los escenarios paradójicamente futuristas que resultan sin embargo propios de la decoración y ambientación de la época.

En el fondo estamos ante una aventura fantástica de género bélico con resabios folletinescos a veces que alienta continuaciones inevitables - ya hay una segunda versión -como ha ocurrido con otros superhéroes de la misma especie. Por lo demás hay como un sutil mimetismo del cine de la época en que se desarrollan los hechos, resuelto narrativamente hablando con aires demasiado ingenuos y con gran fluidez, realizando con especial brillantez algunas de las secuencias más espectaculares de la película. Lástima el poco atractivo carismático del protagonista.

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