Cultura

Nada es lo que parece

Aunque en muchos aspectos de la vida y sobre todo en la actualidad engañosa en que vivimos, nada es lo que parece, es el cine que más conjuga esta frase tan reiterada y tan utilizada en ideas cinematográficas a veces muy inteligentemente conjugadas. Desde el inicio de los tiempos cinematográficos, este arte exquisito de las imágenes en movimiento tuvo una vocación mágica. Sin embargo, el cine ha pretendido un realismo a ultranza. Frente a esa reiterada pretensión realista, surgió la figura de un ingenioso creador cinematográfico como Georges Méliés, que descubrió para el cine las perspectivas más fructíferas de la fantasía y la imaginación, si bien abordó también muy diversos géneros, entre ellos los sucesos de la actualidad reconstruidos dramáticamente.

Una película que cuando compongo estas líneas figura en cartel, Ahora me ves (2013), representa de manera singular ese aspecto mágico en un triple prisma de perspectivas narrativas y a la vez íntimamente relacionadas con la magia. Los propios protagonistas son magos, los mejores ilusionistas del mundo, unidos con el malévolo propósitos de atracar bancos, aunque ponen muy buen cuidado que estos esté regidos por financieros corruptos. Los trucos al servicio de una delincuencia muy original. Nada más reprobable pero ingenioso en el planteamiento argumental.

Y tal vez estemos ante el thriller más original en ese aspecto. Los trucos al servicio de esa apreciación de que nada es lo que parece. Nunca mejor dicho. Y así lo afirma el director de la película, el francés Louis Leterrier, de quien muchos recordarán su película anterior, Furia de titanes (2010), "La magia requiere un compromiso increíble". Sobre todo cuando no resulta tan fácil realizar un truco que requiere de una larga práctica y sobre todo de una convicción en el engaño a un público, evidencia inequívoca la habilidad de Letterrier ha sido componer una intriga en la que la magia cinematográfica se combina con la que ejercen sus intérpretes, que sin duda les habrá encantado, especialmente a Jesse Eisenberg, el protagonista, al que recuerdan de La red social (2010).

Tal vez, como se asegura, no haya mucha diferencia entre presenciar un buen espectáculo de magia y asistir a la proyección de una película como Ahora me ves, porque en todo ejercicio cinematográfico y hoy más que nunca, uno presencia continuos experimentos trucados, es decir engaños y manipulaciones que admite como propios del arte cinematográfico, lo que en cierto modo aquí hemos escrito muchas veces en torno a los aspectos cambiantes de la realidad que tanto practica el cine. Y uno, consciente de que ha sido estafado, timado, contempla esas imágenes, productos de artimañas y embelecos tecnológicos y sofisticados con la mayor complacencia, la emoción, la risa o el aplauso. Y eso es lo que ha sabido articular en esta película, que tantas lecturas tiene sobre hechos delictivos y escandalosos de nuestro tiempo, el director francés tan prestigioso ya en el cine estadounidense.

Quiroga

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