Cultura

Dos paisanos unidos por la poesía

  • El legado del poeta moguereño Francisco Garfias tendrá una sala propia en la Casa-Museo del Nobel Juan Ramón Jiménez en Moguer Más de 4.000 documentos componen la colección

Nunca se conocieron en persona y, sin embargo, Juan Ramón Jiménez y Francisco Garfias estaban unidos por haber nacido en Moguer, por su amor a la literatura y por el hecho de que buena parte de sus obras tuvieran en esta localidad su fuente de inspiración.

La relación entre ambos en vida -los separaban más de 40 años y las vicisitudes que marcaron la vida de Juan Ramón, que le obligaron a ir lejos de Moguer-, se limitó a una carta que el Nobel, desde su exilio en Puerto Rico, le remitió a Garfias mostrándole su agradecimiento por haberle remitido un ejemplar dedicado de su primer libro de poesía, Caminos interiores.

En dicha carta, Garfias, siempre interesado por la vida y obra de su paisano, descubre un Juan Ramón agradecido, sorprendido por la calidad de los versos del joven poeta, pero, sobre todo, añorante de Moguer.

Este documento pertenece al Fondo Francisco Garfias que el poeta moguereño, que falleció en 2010 a los 89 años y fue Premio Nacional de Literatura por su poemario La Duda en 1971, legó a Moguer, y que está compuesto por más de 4.000 obras entre su biblioteca y su archivo documental y fotográfico.

Es ahora, poco más de dos años después de la muerte de Garfias y casi 55 de la de Juan Ramón, cuando la poesía y Moguer vuelve a unirlos, ya que se va a ceder una sala de la Casa-Museo de Juan Ramón para el legado de Garfias.

El Ayuntamiento de Moguer, junto con la Fundación Juan Ramón Jiménez y los albaceas de Garfias, ha realizado la descripción de los fondos y trabaja en la catalogación de todos los libros, cuadros, documentos, enseres y objetos relacionados con su vida y con su intensa actividad artística.

Todo ello podrá verse y consultarse en su totalidad en la nueva Sala Francisco Garfias que se ubicará en la galería alta de la casa natal de Juan Ramón Jiménez en la calle Ribera moguereña, permitiendo que la relación entre ambos autores sea estrecha y duradera.

Además del Premio Nacional de Literatura, Garfias, que estudió Periodismo, trabajó en Radio Nacional y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, donde desarrolló una ingente labor de recopilación y edición de la obra de Juan Ramón Jiménez.

Ostentaba también la Medalla de Andalucía, el Perejil de Plata y era Miembro de Honor de la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez por su contribución a la proyección de la obra del Nobel moguereño.

Tras jubilarse, después de una carrera profesional y literaria que le valió el reconocimiento unánime de críticos y especialistas, Francisco Garfias regresó definitivamente a Moguer, algo que, pese a que era su principal deseo, nunca pudo hacer Juan Ramón.

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